La Última carta del astronauta - Poemas de Javier Campos
La Última carta del astronauta
Poema publicado el 25 de Mayo de 2000
Yo siempre seré tu golondrina en llamas que regresa
El que vive encerrado en esta nave del olvido
El que necesita volar en el bosque de tu casa
Y de allí emigrar desolado al jardín de la luna
Revolotear perdido en los lagos del sol
Dormir miserable en los volcanes congelados de Venus
Sé que nunca podré quedarme junto a tu nido
Porque yo no nací en ningún árbol
Ni en ningún bosque de este planeta
Yo vivía escondido durante el día
En la única rama sin vida de tu jardín
Y nadaba somnoliento en las noches
Bajo las aguas de un lago fosforescente
Por eso mi vuelo es más veloz que la luz
Por eso puedo desaparecer de ti sin quererlo
De tu mismo amor salí entonces
Un pájaro demente y luminoso
Pero no tengo cadenas que me aten a tus besos posesivos
No existen celdas de donde no huya
Ni desiertos donde no encuentre siempre las ciudades
Ni casas selladas donde no deseo nunca vivir
Estoy ardiendo de amor por ti
Y a pesar de que muero en las hogueras de tus viñas
Resucito de esas cenizas amorosas
Para volver a ser un pájaro melancólico
Un pedazo blanco de la luna embriagada
Que pasa veloz por tus ojos una y otra vez
Soy el cartero enamorado que no quiere entregarte nada
Un pájaro doméstico que vuela con un bastón blanco
Un animal salvaje de nadie
Que canta perdido en un bosque de Hadas
Que emigra en los sueños buscando los puertos
Preguntando por las olvidadas estaciones de trenes
No me sigas porque soy yo quien realmente te busca
Soy yo el que te espía tras tu ventana cuando te desnudas
El que desea bailar y esconderse contigo
En el trigo caliente de los graneros de la luna llena
En las noches cuando los astronautas embriagados
Bajan de sus naves espaciales
Y lloran mirando la luna
Buscando con desesperación la estrella de donde vinieron
Yo sólo deseo entrar por tu ventana a dormir contigo
Y dejarte soñando que soy una golondrina inválida
Golpeando los cristales de tu ventana
Nada sacarás con transformarte en lobo
Y salir al bosque a capturarme cuando despiertes
Nunca verás el árbol donde pienso en ti
Ni por mis huellas encontrarás mi rastro
Nunca
Pero deseo tanto que me encuentres
En alguna parte del Universo
Y me sigas como si yo fuera un amante fuera de la ley
Quisiera que fueras poniendo carteles
En todos los árboles
Y escribas allí que me deseas o vivo o muerto
Estoy condenado a seguirte sin quererlo
Siempre seré el pájaro que sueña estar lejos de ti
Pero que sólo quiere esconderse en tu casa
Y allí pudiera abrir la ventana hacia otro planeta
Volara encantado por una película en colores
Donde veo montañas y árboles para cantar
O esperara el pasaje de un tren a otro mundo
Subiera sin equipaje a una nave espacial
Y partiera para siempre sin despedirme jamás de ti
Pero también sé que no me he ido a ningún lugar
Que la nave donde aún vivo
Siempre viaja en sentido contrario
Pasando veloz por los territorios donde viví
hace muchos años
Y donde no reconozco nada mío
Es allí donde me veo amarrado
En el más bello árbol de mis posesiones
Sitiadas por un ejército de la muerte
Condenado a cantar para ti y para siempre
Como toda ave perdida
En los bosques y en la praderas invisibles
de la nostalgia
Sólo los sueños del futuro.
Poema publicado el 25 de Mayo de 2000
Yo siempre seré tu golondrina en llamas que regresa
El que vive encerrado en esta nave del olvido
El que necesita volar en el bosque de tu casa
Y de allí emigrar desolado al jardín de la luna
Revolotear perdido en los lagos del sol
Dormir miserable en los volcanes congelados de Venus
Sé que nunca podré quedarme junto a tu nido
Porque yo no nací en ningún árbol
Ni en ningún bosque de este planeta
Yo vivía escondido durante el día
En la única rama sin vida de tu jardín
Y nadaba somnoliento en las noches
Bajo las aguas de un lago fosforescente
Por eso mi vuelo es más veloz que la luz
Por eso puedo desaparecer de ti sin quererlo
De tu mismo amor salí entonces
Un pájaro demente y luminoso
Pero no tengo cadenas que me aten a tus besos posesivos
No existen celdas de donde no huya
Ni desiertos donde no encuentre siempre las ciudades
Ni casas selladas donde no deseo nunca vivir
Estoy ardiendo de amor por ti
Y a pesar de que muero en las hogueras de tus viñas
Resucito de esas cenizas amorosas
Para volver a ser un pájaro melancólico
Un pedazo blanco de la luna embriagada
Que pasa veloz por tus ojos una y otra vez
Soy el cartero enamorado que no quiere entregarte nada
Un pájaro doméstico que vuela con un bastón blanco
Un animal salvaje de nadie
Que canta perdido en un bosque de Hadas
Que emigra en los sueños buscando los puertos
Preguntando por las olvidadas estaciones de trenes
No me sigas porque soy yo quien realmente te busca
Soy yo el que te espía tras tu ventana cuando te desnudas
El que desea bailar y esconderse contigo
En el trigo caliente de los graneros de la luna llena
En las noches cuando los astronautas embriagados
Bajan de sus naves espaciales
Y lloran mirando la luna
Buscando con desesperación la estrella de donde vinieron
Yo sólo deseo entrar por tu ventana a dormir contigo
Y dejarte soñando que soy una golondrina inválida
Golpeando los cristales de tu ventana
Nada sacarás con transformarte en lobo
Y salir al bosque a capturarme cuando despiertes
Nunca verás el árbol donde pienso en ti
Ni por mis huellas encontrarás mi rastro
Nunca
Pero deseo tanto que me encuentres
En alguna parte del Universo
Y me sigas como si yo fuera un amante fuera de la ley
Quisiera que fueras poniendo carteles
En todos los árboles
Y escribas allí que me deseas o vivo o muerto
Estoy condenado a seguirte sin quererlo
Siempre seré el pájaro que sueña estar lejos de ti
Pero que sólo quiere esconderse en tu casa
Y allí pudiera abrir la ventana hacia otro planeta
Volara encantado por una película en colores
Donde veo montañas y árboles para cantar
O esperara el pasaje de un tren a otro mundo
Subiera sin equipaje a una nave espacial
Y partiera para siempre sin despedirme jamás de ti
Pero también sé que no me he ido a ningún lugar
Que la nave donde aún vivo
Siempre viaja en sentido contrario
Pasando veloz por los territorios donde viví
hace muchos años
Y donde no reconozco nada mío
Es allí donde me veo amarrado
En el más bello árbol de mis posesiones
Sitiadas por un ejército de la muerte
Condenado a cantar para ti y para siempre
Como toda ave perdida
En los bosques y en la praderas invisibles
de la nostalgia
Sólo los sueños del futuro.
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