Canto a la gestaciÓn - Poemas de Irma Lanzas
Canto a la gestaciÓn
Poema publicado el 14 de Junio de 2009
Era tu seno, Madre...
Sumergida en tu tiempo
la sustancia inicial de mi semilla
iba abriendo un latido,
germinaba en tu pulso
en el musgo tranquilo de tu entraña
dormitaba mi música incipiente,
mi voz de semiluna.
Era la suavidad de un mundo intacto,
de su insondable reino.
En tu esfera frutal brotaba el sueño
de mi primer raíz
y allí sentía el transcurrir silente
de tus ríos internos.
El agitado paso de las horas
que alzaban su marea
el entreabrirse lento y sigiloso
de invioladas corolas.
Allí mi pólen claro respiraba
tu clima vegetal,
mientras jugos nutricios recorrían
mis diminutos tallos.
Era todo tranquilo...
blanda prisión, atmósfera serena,
palpitación de albúmina sensible
que recogía en ignorados cielos
su alta conjugación de mar y estrella.
Después...
el desgarrarse de tu barro,
la floración de tu dolor que alzaba
su estalactita sorda, interminable,
mientras tu hoguera triste desbordaba
llantos insospechados.
Era tu inmensidad de campo fértil
te surco amable en conjugación suprema
que iba rasgando su ondulante ritmo
para entregar mi brote
al mundo de la luz...
Poema publicado el 14 de Junio de 2009
Era tu seno, Madre...
Sumergida en tu tiempo
la sustancia inicial de mi semilla
iba abriendo un latido,
germinaba en tu pulso
en el musgo tranquilo de tu entraña
dormitaba mi música incipiente,
mi voz de semiluna.
Era la suavidad de un mundo intacto,
de su insondable reino.
En tu esfera frutal brotaba el sueño
de mi primer raíz
y allí sentía el transcurrir silente
de tus ríos internos.
El agitado paso de las horas
que alzaban su marea
el entreabrirse lento y sigiloso
de invioladas corolas.
Allí mi pólen claro respiraba
tu clima vegetal,
mientras jugos nutricios recorrían
mis diminutos tallos.
Era todo tranquilo...
blanda prisión, atmósfera serena,
palpitación de albúmina sensible
que recogía en ignorados cielos
su alta conjugación de mar y estrella.
Después...
el desgarrarse de tu barro,
la floración de tu dolor que alzaba
su estalactita sorda, interminable,
mientras tu hoguera triste desbordaba
llantos insospechados.
Era tu inmensidad de campo fértil
te surco amable en conjugación suprema
que iba rasgando su ondulante ritmo
para entregar mi brote
al mundo de la luz...
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