Al atardecer, solo, en la meseta - Poemas de GABRIEL CELAYA
Al atardecer, solo, en la meseta
Poema publicado el 26 de Febrero de 2001
LLANURAS abiertas sin melancolía,
un ancho silencio donde pasearse:
magnetismo seco de aquellas presencias
que ya no se nombran,
que no pueden nombrarse.
Árbol invisible, crecen las audacias;
iris continuado, locas negaciones.
Pasa, calla el viento;
pasa con su larga gloria de otro mundo,
calla con su vasta ruina transparente.
Porque sí el espacio brillante y vacío;
yo, perdido, en medio;
yo sin mis entrañas cálidas y amargas,
yo solo y mi sombra -
que si el sol se pone crece exagerada.
Yo y mi sombra, lejos;
yo y mi sombra, loca;
los ojos dolidos de tanta evidencia,
las manos vacías, la sangre sin eco
y -caricatura- mi sombra creciendo.
Poema publicado el 26 de Febrero de 2001
LLANURAS abiertas sin melancolía,
un ancho silencio donde pasearse:
magnetismo seco de aquellas presencias
que ya no se nombran,
que no pueden nombrarse.
Árbol invisible, crecen las audacias;
iris continuado, locas negaciones.
Pasa, calla el viento;
pasa con su larga gloria de otro mundo,
calla con su vasta ruina transparente.
Porque sí el espacio brillante y vacío;
yo, perdido, en medio;
yo sin mis entrañas cálidas y amargas,
yo solo y mi sombra -
que si el sol se pone crece exagerada.
Yo y mi sombra, lejos;
yo y mi sombra, loca;
los ojos dolidos de tanta evidencia,
las manos vacías, la sangre sin eco
y -caricatura- mi sombra creciendo.
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