A mis hijos. - Poemas de Carlos Pillado
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A mis hijos.
Poema publicado el 20 de Enero de 2015
A mis hijos.
A mis hijos les dejo mis alas, para que puedan volar si así lo desean.
A mis hijos les dejo mis colores, para que puedan pintar sus vidas con tintes diferentes.
A mis hijos les dejo mis palabras, para que me puedan entender, si así lo desean.
A mis hijos les dejo mis alegrías, para que puedan regocijarse cuando lo necesiten.
A mis hijos les dejo mis penas, para que pueden comprender el dolor de los otros.
A mis hijos les dejo mis dudas, para que sus búsquedas no se tiñan de certezas.
A mis hijos les dejo mi labor, para que su trabajo tenga sentido.
A mis hijos les dejo mis poemas, para que ellos nunca dejen de hablarles.
A mis hijos les dejo mis lágrimas, para que ellas puedan humedecer la sequedad de la vida.
A mis hijos les dejo mis logros, para que sepan que el triunfo y la gloria son temporarios y vanos.
A mis hijos les dejos mis fracasos, para que puedan ver en ellos que mis decepciones y mis frustraciones fueron también momentáneas y estériles.
A mis hijos les dejo mis preguntas, para que sepan que las dudas son permanentes y las incertidumbres, en definitiva, no son miedos, son certezas.
A mis hijos les dejo mi arte, para que puedan ver al padre que no puedo encontrar suficientes palabras para decirles quien es.
A mis hijos les dejo mi alma, para que los acompañe a donde la vida los empuje y les repita incansablemente cuanto los amo.
Poema publicado el 20 de Enero de 2015
A mis hijos.
A mis hijos les dejo mis alas, para que puedan volar si así lo desean.
A mis hijos les dejo mis colores, para que puedan pintar sus vidas con tintes diferentes.
A mis hijos les dejo mis palabras, para que me puedan entender, si así lo desean.
A mis hijos les dejo mis alegrías, para que puedan regocijarse cuando lo necesiten.
A mis hijos les dejo mis penas, para que pueden comprender el dolor de los otros.
A mis hijos les dejo mis dudas, para que sus búsquedas no se tiñan de certezas.
A mis hijos les dejo mi labor, para que su trabajo tenga sentido.
A mis hijos les dejo mis poemas, para que ellos nunca dejen de hablarles.
A mis hijos les dejo mis lágrimas, para que ellas puedan humedecer la sequedad de la vida.
A mis hijos les dejo mis logros, para que sepan que el triunfo y la gloria son temporarios y vanos.
A mis hijos les dejos mis fracasos, para que puedan ver en ellos que mis decepciones y mis frustraciones fueron también momentáneas y estériles.
A mis hijos les dejo mis preguntas, para que sepan que las dudas son permanentes y las incertidumbres, en definitiva, no son miedos, son certezas.
A mis hijos les dejo mi arte, para que puedan ver al padre que no puedo encontrar suficientes palabras para decirles quien es.
A mis hijos les dejo mi alma, para que los acompañe a donde la vida los empuje y les repita incansablemente cuanto los amo.
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