En la ventana - Poemas de Belen Garcia
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En la ventana
Poema publicado el 25 de Septiembre de 2000
Aquí de pie observo como gritan, como corren
y sonríen los que ayer fueron mi familia.
Al fondo de la habitación, te encuentras tú
¡Te has cortado el cabello!, tus labios dibujan
una sonrisa, pero tus ojos reflejan una larga agonia.
¿Porqué sufres amada mía?
¿Tan dura ha sido mi partida?
No te cueste trabajo continuar tu vida
No permitas que mi olvido sea tu desdicha
Estas prisas terminaron generando
lo que tanto temías
¡No olvides ponerte el cinturón! -me decías
-Sí mujer- te respondía
No había día que no regresaras a toda prisa
y me hicieras bajar la ventanilla solo para decirme
-¡No lo olvides!
- Qué....?
- ¡Que te espero, que te amo y que eres mi vida!
Yo hastiado y con premura
- Sí; me tengo que ir que ya voy tarde, te insistía
Nunca me detuve para decirte cuanto te quería
pues daba por hecho que tú ya lo sabías.
Dios... si pudiera regresar el tiempo te diría
cinco veces al día ¡Te amo! tú eres mi guía
cada noche de besos te llenaría y a mis hijos
de abrazos los colmaría.
Y hoy he tenido el permiso de vinir a decirte
- Querida, ya no te preocupes, ni sufras por mí
una culpa mal concebida.
Ese absurdo afán de llevar siempre prisa
de no determe con pequeñeces
terminaron con mi vida, no quise escuchar
lo que del diario me repetías y salí corriendo
pues diez minutos para darte no tenía.
Si me hubiese esperado sólo la mitad del tiempo
hoy estaría sonriendo y tú en mis brazos durmiendo.
Poema publicado el 25 de Septiembre de 2000
Aquí de pie observo como gritan, como corren
y sonríen los que ayer fueron mi familia.
Al fondo de la habitación, te encuentras tú
¡Te has cortado el cabello!, tus labios dibujan
una sonrisa, pero tus ojos reflejan una larga agonia.
¿Porqué sufres amada mía?
¿Tan dura ha sido mi partida?
No te cueste trabajo continuar tu vida
No permitas que mi olvido sea tu desdicha
Estas prisas terminaron generando
lo que tanto temías
¡No olvides ponerte el cinturón! -me decías
-Sí mujer- te respondía
No había día que no regresaras a toda prisa
y me hicieras bajar la ventanilla solo para decirme
-¡No lo olvides!
- Qué....?
- ¡Que te espero, que te amo y que eres mi vida!
Yo hastiado y con premura
- Sí; me tengo que ir que ya voy tarde, te insistía
Nunca me detuve para decirte cuanto te quería
pues daba por hecho que tú ya lo sabías.
Dios... si pudiera regresar el tiempo te diría
cinco veces al día ¡Te amo! tú eres mi guía
cada noche de besos te llenaría y a mis hijos
de abrazos los colmaría.
Y hoy he tenido el permiso de vinir a decirte
- Querida, ya no te preocupes, ni sufras por mí
una culpa mal concebida.
Ese absurdo afán de llevar siempre prisa
de no determe con pequeñeces
terminaron con mi vida, no quise escuchar
lo que del diario me repetías y salí corriendo
pues diez minutos para darte no tenía.
Si me hubiese esperado sólo la mitad del tiempo
hoy estaría sonriendo y tú en mis brazos durmiendo.
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