La responsabilidad - Poemas de Antonio R Munguia
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La responsabilidad
Poema publicado el 16 de Enero de 2012
‘Responder’ es un vocablo
que unido al de ‘habilidad’
es ‘responsabilidad’,
palabra que en un establo
quiso destruir el diablo
amenazando a Jesús,
pero ángeles con su luz
del pesebre un gran palacio
hicieron y en ese espacio
satán concibió la cruz.
En el vivir cotidiano
enfrentamos con desdén
a seres faltos de un bien
que tenemos a la mano
y negamos al hermano.
En esta acción tan hiriente
pasamos viendo de frente,
y obrando sin caridad
emulamos la maldad
del pérfido reincidente.
Encontrar en plena calle
un hermano en la desgracia
no es casual, es que la gracia
del cielo manda el detalle
como escalón hacia el valle
de la bienaventuranza,
asequible a aquél que alcanza
a obedecer las señales
con que Dios recluta leales
espíritus a su alianza.
Tú puedes ser un recluta
si acoges con amor santo
y consuelas en su llanto
al hermano que a tu ruta
llega y ves que no disfruta
lo que tú gozas tener;
si te logras desprender
de algo tuyo, el paraíso
Dios te dará porque lo hizo
en premio a tu responder.
Si con el amor que encierra
el ejemplo angelical
hecho en plano espiritual
que en el establo ocurriera,
realizas en esta tierra
la parte que a ti te incumbe,
antes que el demonio tumbe
nuestro lazo fraternal,
responsable y muy puntual
obviarás que te derrumbe…
Poema publicado el 16 de Enero de 2012
‘Responder’ es un vocablo
que unido al de ‘habilidad’
es ‘responsabilidad’,
palabra que en un establo
quiso destruir el diablo
amenazando a Jesús,
pero ángeles con su luz
del pesebre un gran palacio
hicieron y en ese espacio
satán concibió la cruz.
En el vivir cotidiano
enfrentamos con desdén
a seres faltos de un bien
que tenemos a la mano
y negamos al hermano.
En esta acción tan hiriente
pasamos viendo de frente,
y obrando sin caridad
emulamos la maldad
del pérfido reincidente.
Encontrar en plena calle
un hermano en la desgracia
no es casual, es que la gracia
del cielo manda el detalle
como escalón hacia el valle
de la bienaventuranza,
asequible a aquél que alcanza
a obedecer las señales
con que Dios recluta leales
espíritus a su alianza.
Tú puedes ser un recluta
si acoges con amor santo
y consuelas en su llanto
al hermano que a tu ruta
llega y ves que no disfruta
lo que tú gozas tener;
si te logras desprender
de algo tuyo, el paraíso
Dios te dará porque lo hizo
en premio a tu responder.
Si con el amor que encierra
el ejemplo angelical
hecho en plano espiritual
que en el establo ocurriera,
realizas en esta tierra
la parte que a ti te incumbe,
antes que el demonio tumbe
nuestro lazo fraternal,
responsable y muy puntual
obviarás que te derrumbe…
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