Fruto podrido - Poemas de Antonio R Munguia
 |
|
|
|
|
 | ||||
Fruto podrido
Poema publicado el 30 de Octubre de 2015
El amor que ofrece el mundo
Puede dos rostros lucir.
Igual puede hacer sufrir
Que dar un gozo errabundo;
Ser luz o enviar a inframundo
A su pobre enamorado.
Es ángel bueno y alado
Que entrega dicha y calor,
Y luego inflige dolor
Repudiando al ser amado.
Tal es el amor mundano
Que de egoísmo se llena
Y en lugar de darse, frena
Su impulso de buen hermano
A quien le extiende la mano.
Con cinismo desmedido
Muestra su rostro fingido
Y espera el mejor momento
Para asestar su tormento
A quien quiere ver destruido.
De ser amor puro y santo
Por su origen en Dios mismo,
Cambia con burdo cinismo
Pretextando algún quebranto.
En su honor y envuelto en llanto
Finge estar adolorido,
Para no verse abatido
Por remordimientos vanos,
Al mirar que de sus manos
El mal brota enardecido.
Alejar el árbol bueno,
Desprendidos de su rama,
Nos deslumbra la derrama
De tentaciones sin freno.
Y, sin espera, el veneno
De superar al contrario,
Sin planes ni itinerario
Nos engaña ser de acero,
Al golpear con puño fiero
Que destruye al adversario.
En su ánimo no hay cabida
Para el amor que redime,
Y que en regalo sublime
Jesús nos dio sin medida,
Para salvarnos la vida.
Nuestro amor está perdido
En algún bosque escondido
Jugando a amar y zaherir:
Del árbol del buen vivir
Somos un fruto podrido…
Poema publicado el 30 de Octubre de 2015
El amor que ofrece el mundo
Puede dos rostros lucir.
Igual puede hacer sufrir
Que dar un gozo errabundo;
Ser luz o enviar a inframundo
A su pobre enamorado.
Es ángel bueno y alado
Que entrega dicha y calor,
Y luego inflige dolor
Repudiando al ser amado.
Tal es el amor mundano
Que de egoísmo se llena
Y en lugar de darse, frena
Su impulso de buen hermano
A quien le extiende la mano.
Con cinismo desmedido
Muestra su rostro fingido
Y espera el mejor momento
Para asestar su tormento
A quien quiere ver destruido.
De ser amor puro y santo
Por su origen en Dios mismo,
Cambia con burdo cinismo
Pretextando algún quebranto.
En su honor y envuelto en llanto
Finge estar adolorido,
Para no verse abatido
Por remordimientos vanos,
Al mirar que de sus manos
El mal brota enardecido.
Alejar el árbol bueno,
Desprendidos de su rama,
Nos deslumbra la derrama
De tentaciones sin freno.
Y, sin espera, el veneno
De superar al contrario,
Sin planes ni itinerario
Nos engaña ser de acero,
Al golpear con puño fiero
Que destruye al adversario.
En su ánimo no hay cabida
Para el amor que redime,
Y que en regalo sublime
Jesús nos dio sin medida,
Para salvarnos la vida.
Nuestro amor está perdido
En algún bosque escondido
Jugando a amar y zaherir:
Del árbol del buen vivir
Somos un fruto podrido…
¿Te gusta este poema? Compártelo:
«« más poemas de Antonio R Munguia