¿ casualidad o mensaje de dios ? - Poemas de Antonio R Munguia
¿ casualidad o mensaje de dios ?
Poema publicado el 04 de Mayo de 2014
En la primera noche muy solitario y triste
La sensación que tuve fue que Cristo me daba
La espalda y el castigo como el que en ira embiste
A malos mercaderes que Su templo albergaba.
Y me sentí agraviado. Mortal que no resiste
Al abandono ingrato de quien tanto adoraba.
Cuatro meses pasaron sin poder superarlo,
Tiempo que la esperanza guardaba con anhelo
Verla tornar al nido, su pecado olvidarlo
Y compartir la casa sin más pleito ni celo.
Pero en vez del regreso y el problema arreglarlo
Su presión fue pedirme que yo emprendiera el vuelo.
Así fue que a la sombra del solitario hastío
Opté por resignarme perdiendo lo logrado;
Aquello que construimos con caro desafío
Y sin quedarme nada partí decepcionado.
La respeté honorable con mi libre albedrío
Y cedí a su egoísmo como un vil condenado.
Un faro de esperanza refulgió en mis senderos
Cuando infantil cariño se interpuso a mi paso.
Fue como un salvavidas asiendo mis aleros
Al no querer yo mismo lanzarme a su regazo.
Dudé en buscar sus besos y sus mimos postreros
Por evitar que Cristo vetara mi fracaso.
Poco a poco ante un muro de inconsciente desplante
Al que con gesto amable pretendi dar cabida,
Pude cerrar el drama con abrazo galante
De paz, mas fue un pinchazo sobre una fiera herida
Que con cárcel injusta me dio un giro triunfante
Y aquel pueril cariño lo hice amor de mi vida.
Al paso de los años puedo ver que amoroso
Su bendición divina me la disfraza Dios:
Cada que abro la Biblia me resalta asombroso
El Cinco de Mateo, Treinta y Uno y Treinta y Dos.
Hoy en la calle Cinco soy de una dama esposo,
¡¡Y son las avenidas: Treinta y Uno y Treinta y Dos !!
Poema publicado el 04 de Mayo de 2014
En la primera noche muy solitario y triste
La sensación que tuve fue que Cristo me daba
La espalda y el castigo como el que en ira embiste
A malos mercaderes que Su templo albergaba.
Y me sentí agraviado. Mortal que no resiste
Al abandono ingrato de quien tanto adoraba.
Cuatro meses pasaron sin poder superarlo,
Tiempo que la esperanza guardaba con anhelo
Verla tornar al nido, su pecado olvidarlo
Y compartir la casa sin más pleito ni celo.
Pero en vez del regreso y el problema arreglarlo
Su presión fue pedirme que yo emprendiera el vuelo.
Así fue que a la sombra del solitario hastío
Opté por resignarme perdiendo lo logrado;
Aquello que construimos con caro desafío
Y sin quedarme nada partí decepcionado.
La respeté honorable con mi libre albedrío
Y cedí a su egoísmo como un vil condenado.
Un faro de esperanza refulgió en mis senderos
Cuando infantil cariño se interpuso a mi paso.
Fue como un salvavidas asiendo mis aleros
Al no querer yo mismo lanzarme a su regazo.
Dudé en buscar sus besos y sus mimos postreros
Por evitar que Cristo vetara mi fracaso.
Poco a poco ante un muro de inconsciente desplante
Al que con gesto amable pretendi dar cabida,
Pude cerrar el drama con abrazo galante
De paz, mas fue un pinchazo sobre una fiera herida
Que con cárcel injusta me dio un giro triunfante
Y aquel pueril cariño lo hice amor de mi vida.
Al paso de los años puedo ver que amoroso
Su bendición divina me la disfraza Dios:
Cada que abro la Biblia me resalta asombroso
El Cinco de Mateo, Treinta y Uno y Treinta y Dos.
Hoy en la calle Cinco soy de una dama esposo,
¡¡Y son las avenidas: Treinta y Uno y Treinta y Dos !!
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