La humanidad y su alma - Poemas de Antonio Munguia
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La humanidad y su alma
Poema publicado el 08 de Mayo de 2021
Es la humanidad jardín
De flores maravillosas,
Donde las más bellas rosas
Alternan con el jazmín,
En una magia sin fin
Que las convierte en mujeres,
Del hombre grandes quereres
Alentando inspiración,
Al compartir la misión
De dar vida a nuevos seres.
Crece así la humanidad
Siempre buscando progreso,
Soportando grave peso
Que enfrenta en la adversidad,
Logrando hundir la maldad
De la mano y en pareja;
Solo así con fuerza deja
Constancia de su valor,
Fincando sobre el amor
Que su grandeza refleja.
Es la joya el ser humano
Con que el Creador culminó
La obra enorme que surgió
De su mente y de su mano;
A nadie más llamó hermano
Cuando visitó la Tierra.
Y aunque el hombre hace la guerra
No le retira su amparo,
Mas bien su bondad es faro
Que a nuestra senda se aferra.
¿Cuánto más el recorrido
Del mundo apunta el mañana?,
Nadie lo sabe y es vana
La ilusión de algo querido,
Pues el plan que es requerido
Es de una meta donde haya
Mucho esfuerzo y buena talla
De grandes triunfos humanos,
Donde el Alma y no las manos
Den lugar a la batalla.
El final es recurrente
Ya que el Alma sigue viva
Y nunca va a la deriva
Cuando vuelve a otro presente,
Reencarnando entre la gente
Con quien ayer conviviera.
Su nuevo ciclo es la esfera
Que circunden sus maestros
Vigilándola muy diestros
Por toda una vida entera.
Quien cree en esto no alucina;
Por más que muchos lo nieguen,
Pronto habrá muchos que lleguen
A conocer con luz fina
Esta realidad divina.
Es nuestra Alma a la que dar
Mucho tiempo en meditar
Para descifrar la vida,
Y esa incógnita vencida
No nos impida volar.
Esperemos hasta el día
De volver al Paraíso,
A recibir el aviso
Que será de ayuda y guía
En la nueva travesía
Natural y nada atroz,
Para el destino feroz
Que habremos de reemprender
Desde un vientre de mujer:
¡Una madre igual a Dios!
Poema publicado el 08 de Mayo de 2021
Es la humanidad jardín
De flores maravillosas,
Donde las más bellas rosas
Alternan con el jazmín,
En una magia sin fin
Que las convierte en mujeres,
Del hombre grandes quereres
Alentando inspiración,
Al compartir la misión
De dar vida a nuevos seres.
Crece así la humanidad
Siempre buscando progreso,
Soportando grave peso
Que enfrenta en la adversidad,
Logrando hundir la maldad
De la mano y en pareja;
Solo así con fuerza deja
Constancia de su valor,
Fincando sobre el amor
Que su grandeza refleja.
Es la joya el ser humano
Con que el Creador culminó
La obra enorme que surgió
De su mente y de su mano;
A nadie más llamó hermano
Cuando visitó la Tierra.
Y aunque el hombre hace la guerra
No le retira su amparo,
Mas bien su bondad es faro
Que a nuestra senda se aferra.
¿Cuánto más el recorrido
Del mundo apunta el mañana?,
Nadie lo sabe y es vana
La ilusión de algo querido,
Pues el plan que es requerido
Es de una meta donde haya
Mucho esfuerzo y buena talla
De grandes triunfos humanos,
Donde el Alma y no las manos
Den lugar a la batalla.
El final es recurrente
Ya que el Alma sigue viva
Y nunca va a la deriva
Cuando vuelve a otro presente,
Reencarnando entre la gente
Con quien ayer conviviera.
Su nuevo ciclo es la esfera
Que circunden sus maestros
Vigilándola muy diestros
Por toda una vida entera.
Quien cree en esto no alucina;
Por más que muchos lo nieguen,
Pronto habrá muchos que lleguen
A conocer con luz fina
Esta realidad divina.
Es nuestra Alma a la que dar
Mucho tiempo en meditar
Para descifrar la vida,
Y esa incógnita vencida
No nos impida volar.
Esperemos hasta el día
De volver al Paraíso,
A recibir el aviso
Que será de ayuda y guía
En la nueva travesía
Natural y nada atroz,
Para el destino feroz
Que habremos de reemprender
Desde un vientre de mujer:
¡Una madre igual a Dios!
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