Al cerrar un año y empezar de nuevo - Poemas de Antonio Munguia
 |
|
|
|
|
 | ||||
Al cerrar un año y empezar de nuevo
Poema publicado el 31 de Diciembre de 2021
En este mundo de traición y engaño
Cruzan por el camino seres raros,
Que sienten que sus juicios son muy claros
Y juzgan con maldad causando daño.
Es su mente un complejo tan extraño
Que no admiten que existan otros faros,
Compitiendo a sus brillos y reparos
Y superen con gracia su tamaño.
Como canes ladrando sin descanso
No muerden por temor a ser vencidos,
Y es que en su vanidad piensan que es manso
Quien por prudencia calla a sus ladridos,
Pero intuyen que tras mudo remanso
Pueden saltar las garras y rugidos:
El león que esconde su feroz presencia
Para exhibirla en el mejor momento,
Cuando ya no hay lugar para el lamento
Por rebasar linderos de paciencia.
El cobarde es un cofre de su esencia
Y al valiente derriba con aliento
Inusitado en largo sufrimiento
Al soportar tranquilo la inconsciencia.
Por ello en el camino hay que ir al paso,
Sin importar los gritos pendencieros
Del valiente que espera le hagan caso,
Sintiendo que domina derroteros
Ajenos a su campo de fracaso,
El fruto se sus mil dardos arteros.
Al reanudar con fe la travesía
Dejando atrás un año que ha acabado,
Con amor acaricia lo gozado
Y envuelve el corazón con alegría.
Mira un mañana próspero en tu vía
Y que tu andar sea feliz al lado
De quienes Dios dispuso regalado,
Como blindaje que tu ser confía.
Apártate de aquellos que en aullidos
Confunden tus amables intenciones,
Son seres que en el odio están sumidos
Y buscan destruir con sus razones
Lo que sus fines negros concebidos
Quieren matar tus sanas ambiciones.
Poema publicado el 31 de Diciembre de 2021
En este mundo de traición y engaño
Cruzan por el camino seres raros,
Que sienten que sus juicios son muy claros
Y juzgan con maldad causando daño.
Es su mente un complejo tan extraño
Que no admiten que existan otros faros,
Compitiendo a sus brillos y reparos
Y superen con gracia su tamaño.
Como canes ladrando sin descanso
No muerden por temor a ser vencidos,
Y es que en su vanidad piensan que es manso
Quien por prudencia calla a sus ladridos,
Pero intuyen que tras mudo remanso
Pueden saltar las garras y rugidos:
El león que esconde su feroz presencia
Para exhibirla en el mejor momento,
Cuando ya no hay lugar para el lamento
Por rebasar linderos de paciencia.
El cobarde es un cofre de su esencia
Y al valiente derriba con aliento
Inusitado en largo sufrimiento
Al soportar tranquilo la inconsciencia.
Por ello en el camino hay que ir al paso,
Sin importar los gritos pendencieros
Del valiente que espera le hagan caso,
Sintiendo que domina derroteros
Ajenos a su campo de fracaso,
El fruto se sus mil dardos arteros.
Al reanudar con fe la travesía
Dejando atrás un año que ha acabado,
Con amor acaricia lo gozado
Y envuelve el corazón con alegría.
Mira un mañana próspero en tu vía
Y que tu andar sea feliz al lado
De quienes Dios dispuso regalado,
Como blindaje que tu ser confía.
Apártate de aquellos que en aullidos
Confunden tus amables intenciones,
Son seres que en el odio están sumidos
Y buscan destruir con sus razones
Lo que sus fines negros concebidos
Quieren matar tus sanas ambiciones.
¿Te gusta este poema? Compártelo:
«« más poemas de Antonio Munguia