El jazz del poeta - Poemas de Alfonso Fajardo
El jazz del poeta
Poema publicado el 20 de Agosto de 2005
A Roque Dalton
La madrugada es una botella vacía donde humean los despojos del sueño
y el poeta un equilibrista
dentro del gran circo atiborrado de banderas estatuas y bustos tallados por el tiempo
La sangre es tinta que es imagen que es sueño que es horizonte
en cuyo ojo de sangre
Yeysún fuma su llameante esperanza y toca el violín azul del infierno
desatando una tempestad que sólo existe en la patria roída de su pecho
Todas las sombras se miran entre sí las caras se preguntan
por que ha venido este monstruo a reclamar su hígado y su ventana
cuando aun los niños bonitos los coronan con guirnaldas de olivos y cetros de risa
El hijo prodigo juega a la Rayuela en las orillas de un mar asfixiante
escapa de los parias
cuando la tierra se estremece por el poema susurrador en plena medianoche
vuelve para recorrer
la superficie de la luna del pensamiento aniquilado por la ceguera de la fe
y tatúa
dragones duendes y fusiles que disparan aguas azules a las estrellas
El poeta
que es demonio que busca el origen del agua duerme entre las piedras
ríe como un niño
bebe la tinta que lo resucita deja la herencia de sus fusibles fosforescentes
patea las heces de las nuevas ventanas y escucha el jazz alucinante que brota del infinito
Poema publicado el 20 de Agosto de 2005
A Roque Dalton
La madrugada es una botella vacía donde humean los despojos del sueño
y el poeta un equilibrista
dentro del gran circo atiborrado de banderas estatuas y bustos tallados por el tiempo
La sangre es tinta que es imagen que es sueño que es horizonte
en cuyo ojo de sangre
Yeysún fuma su llameante esperanza y toca el violín azul del infierno
desatando una tempestad que sólo existe en la patria roída de su pecho
Todas las sombras se miran entre sí las caras se preguntan
por que ha venido este monstruo a reclamar su hígado y su ventana
cuando aun los niños bonitos los coronan con guirnaldas de olivos y cetros de risa
El hijo prodigo juega a la Rayuela en las orillas de un mar asfixiante
escapa de los parias
cuando la tierra se estremece por el poema susurrador en plena medianoche
vuelve para recorrer
la superficie de la luna del pensamiento aniquilado por la ceguera de la fe
y tatúa
dragones duendes y fusiles que disparan aguas azules a las estrellas
El poeta
que es demonio que busca el origen del agua duerme entre las piedras
ríe como un niño
bebe la tinta que lo resucita deja la herencia de sus fusibles fosforescentes
patea las heces de las nuevas ventanas y escucha el jazz alucinante que brota del infinito
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