Romance a una generación (f.j.alonso/a.molina ) (55) - Poemas de Agueda Molina
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Romance a una generación (f.j.alonso/a.molina ) (55)
Poema publicado el 25 de Marzo de 2020
Yo nací en un tiempo quieto,
por las calles empedradas
de un pueblo adormilado
en calzón corto jugaba.
Y a las puertas de las casas
aquel cabrero ordeñaba.
De sofocante quietud
eran las tardes de siesta.
Yo nací en un tiempo quieto,
fueron años de sequía
¡de color impresionante!
sin suministro de agua
sin recibo de basura.
Y en las noches veraniegas
¡Como el cielo era total!
hundido en la nebulosa,
jugando a contar estrellas,
con mi destino soñaba.
Yo nací en un tiempo quieto,
hoy, la luna tan romántica,
desnudada ha sido ya.
Las estrellas, los planetas
han perdido su misterio.
¿Quien vivió las historias
en blanco y negro narradas?
¿Alguien pudo imaginar
hombre todopoderoso,
época tan singular?
Yo nací en un tiempo quieto,
orgulloso te despiertas
planeta hombre-dios,
¡tú, que hasta la verdad dominas!
Es tanta tu perfección
que la realidad superas
y enmudece la razón.
No existe sabiduría
ni mayor conocimiento
que vivir la diferencia
entre la quietud pasada
y la fuerza desatada.
Poema publicado el 25 de Marzo de 2020
Yo nací en un tiempo quieto,
por las calles empedradas
de un pueblo adormilado
en calzón corto jugaba.
Y a las puertas de las casas
aquel cabrero ordeñaba.
De sofocante quietud
eran las tardes de siesta.
Yo nací en un tiempo quieto,
fueron años de sequía
¡de color impresionante!
sin suministro de agua
sin recibo de basura.
Y en las noches veraniegas
¡Como el cielo era total!
hundido en la nebulosa,
jugando a contar estrellas,
con mi destino soñaba.
Yo nací en un tiempo quieto,
hoy, la luna tan romántica,
desnudada ha sido ya.
Las estrellas, los planetas
han perdido su misterio.
¿Quien vivió las historias
en blanco y negro narradas?
¿Alguien pudo imaginar
hombre todopoderoso,
época tan singular?
Yo nací en un tiempo quieto,
orgulloso te despiertas
planeta hombre-dios,
¡tú, que hasta la verdad dominas!
Es tanta tu perfección
que la realidad superas
y enmudece la razón.
No existe sabiduría
ni mayor conocimiento
que vivir la diferencia
entre la quietud pasada
y la fuerza desatada.
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