Peregrinaje - Poemas de YANIRA SOUNDY
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Peregrinaje
Poema publicado el 26 de Octubre de 2005
Te encuentro en la alondra de los ríos, la hiedra, las cúspides absortas.
En el barro, las conchas, las cortezas, la brisa y las letras del cielo.
En quienes dicen la verdad y en las personas juiciosas que no dan muestras de afrenta.
En los que te aguardan y permanecen fieles en su espera.
Te encuentro en los intransitivos árboles y sus formas dispersas,
las horas sin luna y la vida que haya el camino correcto.
En las palabras verdaderas que se instalan para siempre.
Bajo las piedras y los templos de mármol, en los lienzos, el perfume, las raíces y los frutos.
En las personas que trabajan y son recompensadas con tu gracia.
Honro tu nombre y aprendo a hablar de ti con manos llenas..
Te encuentro en la sal llorada y los capullos, la centella que rasga el océano
y en el paisaje de tu historia. En las cimas de las islas y las líneas férreas,
en las estaciones y las calles...los caminos blancos, las risas de los niños.
En la paz del corazón y la piedad a los indigentes...
Señor: tus ojos están en cualquier lugar, observan a los malos y a los buenos.
La sabiduría construye mi casa, el temor a Yavé es fuente de vida.
Poema publicado el 26 de Octubre de 2005
Te encuentro en la alondra de los ríos, la hiedra, las cúspides absortas.
En el barro, las conchas, las cortezas, la brisa y las letras del cielo.
En quienes dicen la verdad y en las personas juiciosas que no dan muestras de afrenta.
En los que te aguardan y permanecen fieles en su espera.
Te encuentro en los intransitivos árboles y sus formas dispersas,
las horas sin luna y la vida que haya el camino correcto.
En las palabras verdaderas que se instalan para siempre.
Bajo las piedras y los templos de mármol, en los lienzos, el perfume, las raíces y los frutos.
En las personas que trabajan y son recompensadas con tu gracia.
Honro tu nombre y aprendo a hablar de ti con manos llenas..
Te encuentro en la sal llorada y los capullos, la centella que rasga el océano
y en el paisaje de tu historia. En las cimas de las islas y las líneas férreas,
en las estaciones y las calles...los caminos blancos, las risas de los niños.
En la paz del corazón y la piedad a los indigentes...
Señor: tus ojos están en cualquier lugar, observan a los malos y a los buenos.
La sabiduría construye mi casa, el temor a Yavé es fuente de vida.
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