Paisaje de albas - Poemas de YANIRA SOUNDY
Paisaje de albas
Poema publicado el 30 de Noviembre de -0001
A Claudia, vencedora de la oscuridad...
Escribo bajo la sombra de la lluvia, en este mundo de muñecos y alas
misteriosas. En la noche parecida a tus ojos, junto al mar atardecido.
Escribo a la garganta de cristal de nuestros pájaros, a mi sangre viva y
cierta. A los grillos, a las notas del reloj, a la flor del tiempo.
Escribo en ti, paisaje de albas, cuando duermes, y te veo en silencio con
el corazón despierto. Al campo, al trébol, a las mañanas tranquilas, al
cardo florecido.
Escribo y sobre mis dedos cantan las estrellas. El desaliñado rio se
desprende, y se va a la tierra distraído, donde reverdece la flor y brilla
entre las hojas, en una playa de colores sueltos.
Escribo prisionera en las sienes de mi canto, donde tú buscas mis caricias
sin recuerdos.
Escribo al seco tronco y a su nido desierto, a la noche que nace perfumada
de cielo, a la luz del sol saltando en la sonrisa.
Escribo para tí, que vences la brisa cuando miras las estrellas, y afloras
libre en tu mundo distante. Para tí que tienes los labios más húmedos de
amor que de tristeza y transitas en un navío cargado de libélulas, a la
dormida inmensidad, dulce como un sueño.
Poema publicado el 30 de Noviembre de -0001
A Claudia, vencedora de la oscuridad...
Escribo bajo la sombra de la lluvia, en este mundo de muñecos y alas
misteriosas. En la noche parecida a tus ojos, junto al mar atardecido.
Escribo a la garganta de cristal de nuestros pájaros, a mi sangre viva y
cierta. A los grillos, a las notas del reloj, a la flor del tiempo.
Escribo en ti, paisaje de albas, cuando duermes, y te veo en silencio con
el corazón despierto. Al campo, al trébol, a las mañanas tranquilas, al
cardo florecido.
Escribo y sobre mis dedos cantan las estrellas. El desaliñado rio se
desprende, y se va a la tierra distraído, donde reverdece la flor y brilla
entre las hojas, en una playa de colores sueltos.
Escribo prisionera en las sienes de mi canto, donde tú buscas mis caricias
sin recuerdos.
Escribo al seco tronco y a su nido desierto, a la noche que nace perfumada
de cielo, a la luz del sol saltando en la sonrisa.
Escribo para tí, que vences la brisa cuando miras las estrellas, y afloras
libre en tu mundo distante. Para tí que tienes los labios más húmedos de
amor que de tristeza y transitas en un navío cargado de libélulas, a la
dormida inmensidad, dulce como un sueño.
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