Maleta de viaje - Poemas de Walter Iraheta Nerio
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Maleta de viaje
Poema publicado el 02 de Octubre de 2001
Quedó su maleta en un viejo closet
en la oscuridad nunca abierta
desde que las arañas tejieron atarrayas aéreas
era una maleta gastada con la cremallera estropeada
los bordes deshilados aún tenía la viñeta
del último viaje
le faltaba la dirección
pero
tenía el nombre
su nombre
la maleta guardaba una muda de cambio sin naftalina
por la repentina partida
y guardaba objetos fetiches
una llave rústica
una agenda sin notas
un bolígrafo
un ajedrez de bolsillo
la maleta contenía un pequeño neceser con la maquinilla
de afeitar y hojas de recambio con envoltorio rojo
un jabón de hotel
negra era la maleta con decorado a cuadros
verdes y azules
la maleta llevaba en su entraña un reloj despertador
que yacía como un corazón apagado
y guardaba una caja de habanos
sin tabacos
pero
llena de cartas de amor en caligrafías ilegibles
un sobre con cartas postales
de museos europeos
varios
folios con apuntes que un
día hubiesen sido poemas
pero que estaban ahí
entre maraña de grafías
tachones y signos de una nomenclatura indescifrable
de una voz desconocida
quedó su maleta en un viejo closet
en la oscuridad nunca abierta
con el tesoro más valioso
que guardaba
era un dibujo infantil sobre una tarjeta de cartulina
el dibujo tenía una casita con un árbol y un perro y
un gato y una mujer y una niña con la mano
levantada diciendo «adiós»
en una esquina de la cartulina se leía
«te quiero mucho papá».
Poema publicado el 02 de Octubre de 2001
Quedó su maleta en un viejo closet
en la oscuridad nunca abierta
desde que las arañas tejieron atarrayas aéreas
era una maleta gastada con la cremallera estropeada
los bordes deshilados aún tenía la viñeta
del último viaje
le faltaba la dirección
pero
tenía el nombre
su nombre
la maleta guardaba una muda de cambio sin naftalina
por la repentina partida
y guardaba objetos fetiches
una llave rústica
una agenda sin notas
un bolígrafo
un ajedrez de bolsillo
la maleta contenía un pequeño neceser con la maquinilla
de afeitar y hojas de recambio con envoltorio rojo
un jabón de hotel
negra era la maleta con decorado a cuadros
verdes y azules
la maleta llevaba en su entraña un reloj despertador
que yacía como un corazón apagado
y guardaba una caja de habanos
sin tabacos
pero
llena de cartas de amor en caligrafías ilegibles
un sobre con cartas postales
de museos europeos
varios
folios con apuntes que un
día hubiesen sido poemas
pero que estaban ahí
entre maraña de grafías
tachones y signos de una nomenclatura indescifrable
de una voz desconocida
quedó su maleta en un viejo closet
en la oscuridad nunca abierta
con el tesoro más valioso
que guardaba
era un dibujo infantil sobre una tarjeta de cartulina
el dibujo tenía una casita con un árbol y un perro y
un gato y una mujer y una niña con la mano
levantada diciendo «adiós»
en una esquina de la cartulina se leía
«te quiero mucho papá».
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