Mediodía hacia agrigento - Poemas de Waldo Rojas
Mediodía hacia agrigento
Poema publicado el 30 de Noviembre de -0001
No te pondrás dos veces a cobijo en el amparo
de la sombra del mismo templo en ruinas:
todo es nuevo y por doquiera de cuanto enciende un sol
venido al cenit
como a la curvatura del arco la piedra angular viene a
alojarse, durable y suspendida.
El Mediodía sabe sumar el tiempo a su manera;
siembra el presagio en la promesa del augurio,
premoniciones se agregan al pulso de la inminencia
y en el hilo de voz que se desteje del herbazal sumiso
ya se consuma una pesadumbre de palabra irrevocable.
Tu mirada deambula en las colinas como un acopio
de fijeza taciturna
y devuelve a su fuero la intimidad de todo cuanto adquiere
investidura de realidad flagrante:
real es sólo aquello que se prueba en su poder
de retorno hacia nosotros,
resurgencia y reencarnación de lo uno
en la mixtura de lo múltiple.
Un ensalmo a deshoras, tu palabra se entrega
al arrebato de olivos sarracenos, al laurel de hojas
vedadas, tenacidad de
salvia y menta furtivas en su antiguo esparcimiento
entre la ordenanza guerrera del viñedo en alerta.
Nada que sepamos desoír en la invitación del alto umbral
de unas columnas en pie:
un horizonte irredento aguarda sin llamado en el rellano
de los valles.
Poema publicado el 30 de Noviembre de -0001
No te pondrás dos veces a cobijo en el amparo
de la sombra del mismo templo en ruinas:
todo es nuevo y por doquiera de cuanto enciende un sol
venido al cenit
como a la curvatura del arco la piedra angular viene a
alojarse, durable y suspendida.
El Mediodía sabe sumar el tiempo a su manera;
siembra el presagio en la promesa del augurio,
premoniciones se agregan al pulso de la inminencia
y en el hilo de voz que se desteje del herbazal sumiso
ya se consuma una pesadumbre de palabra irrevocable.
Tu mirada deambula en las colinas como un acopio
de fijeza taciturna
y devuelve a su fuero la intimidad de todo cuanto adquiere
investidura de realidad flagrante:
real es sólo aquello que se prueba en su poder
de retorno hacia nosotros,
resurgencia y reencarnación de lo uno
en la mixtura de lo múltiple.
Un ensalmo a deshoras, tu palabra se entrega
al arrebato de olivos sarracenos, al laurel de hojas
vedadas, tenacidad de
salvia y menta furtivas en su antiguo esparcimiento
entre la ordenanza guerrera del viñedo en alerta.
Nada que sepamos desoír en la invitación del alto umbral
de unas columnas en pie:
un horizonte irredento aguarda sin llamado en el rellano
de los valles.
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