La vida - Poemas de SILVIA ELENA REGALADO
La vida
Poema publicado el 17 de Enero de 2006
A Silvia Matus
Esa tristeza rozándote sin preguntarte
el gris inexplicable
que cae como tormenta sobre tu esperanza.
La vida es el puñal y la herida
la generosidad de millones de plaquetas
conteniendo ríos de sangre.
La piel sana y nueva bajo una costra.
Un sueño deshecho contra el pavimento...
Navaja esperando a la vuelta de la esquina.
La vida es ese beso desangrado en las paredes
y a veces su respuesta purulenta.
Una boca oscura donde debes deslizarte a tientas
que nadie te vea hecha una luz por su frontera...
Pero la vida es también la luz y la frontera
el precipicio más allá
el cielo
lo visto y lo que nunca será visto ni oído ni tocado
La música del cosmos en nuestras vísceras.
Los peces y los cantos de las aguas.
El sol para tu casa.
La frondosidad del árbol de jocote
resquebrajando suelos y paredes.
El sí que sólo irrumpe y es y crece.
La vida es la alegría de respirar profundo
el olor del segundo que se escapa.
El amor en las calles
que canta sobre sangre y podredumbre.
El dolor la vida
el dolor que te punza
para volver a unirte los pedazos.
Es el dolor llamándote a tu centro
a tu sol de vos misma
a que seas así vida de la vida
el sí que sólo irrumpe y es y crece.
Poema publicado el 17 de Enero de 2006
A Silvia Matus
Esa tristeza rozándote sin preguntarte
el gris inexplicable
que cae como tormenta sobre tu esperanza.
La vida es el puñal y la herida
la generosidad de millones de plaquetas
conteniendo ríos de sangre.
La piel sana y nueva bajo una costra.
Un sueño deshecho contra el pavimento...
Navaja esperando a la vuelta de la esquina.
La vida es ese beso desangrado en las paredes
y a veces su respuesta purulenta.
Una boca oscura donde debes deslizarte a tientas
que nadie te vea hecha una luz por su frontera...
Pero la vida es también la luz y la frontera
el precipicio más allá
el cielo
lo visto y lo que nunca será visto ni oído ni tocado
La música del cosmos en nuestras vísceras.
Los peces y los cantos de las aguas.
El sol para tu casa.
La frondosidad del árbol de jocote
resquebrajando suelos y paredes.
El sí que sólo irrumpe y es y crece.
La vida es la alegría de respirar profundo
el olor del segundo que se escapa.
El amor en las calles
que canta sobre sangre y podredumbre.
El dolor la vida
el dolor que te punza
para volver a unirte los pedazos.
Es el dolor llamándote a tu centro
a tu sol de vos misma
a que seas así vida de la vida
el sí que sólo irrumpe y es y crece.
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