Estremeciéndome... - Poemas de Santiago Oreggia
Estremeciéndome...
Poema publicado el 26 de Octubre de 2005
Estremeciéndome...
Al solo pronunciar tu nombre,
evocarlo con el aliento,
suave de los pájaros,
el aletear suave,
de las alas de las gaviotas,
el murmullo de las rosas enamoradas,
y la suave brisa,
de las noches de sierras luminosas,
donde se esconden,
las estrellas apasionadas.
Estremeciéndome...
Cuando sin tocarte,
“te toco”...
Y sin tocarme,
“me tocas”
y el amor se conjuga,
con el sexo,
y el sexo se conjuga,
en la sublimación,
más ardientes,
de todas las historias románticas,
ardorosas, pacientes, clamorosas,
en una definición,
“plus cuan perfecto”
del amor integral,
sublime ante absoluto,
ante la existencia,
y el propio destino,
de nuestra “ya”
conjugada en la,
unión de nuestros corazones.
Estremeciéndome...
Cuando sin tocarte,
“te toco”...
Y sin tocarme,
“me tocas”
y el amor se conjuga,
en cuatro palabras,
florecientes,
desde el fondo,’
de mi corazón.
“Te quiero, dulce bebe”
Reservados todos los derechos Santiago Oreggia©
Poema publicado el 26 de Octubre de 2005
Estremeciéndome...
Al solo pronunciar tu nombre,
evocarlo con el aliento,
suave de los pájaros,
el aletear suave,
de las alas de las gaviotas,
el murmullo de las rosas enamoradas,
y la suave brisa,
de las noches de sierras luminosas,
donde se esconden,
las estrellas apasionadas.
Estremeciéndome...
Cuando sin tocarte,
“te toco”...
Y sin tocarme,
“me tocas”
y el amor se conjuga,
con el sexo,
y el sexo se conjuga,
en la sublimación,
más ardientes,
de todas las historias románticas,
ardorosas, pacientes, clamorosas,
en una definición,
“plus cuan perfecto”
del amor integral,
sublime ante absoluto,
ante la existencia,
y el propio destino,
de nuestra “ya”
conjugada en la,
unión de nuestros corazones.
Estremeciéndome...
Cuando sin tocarte,
“te toco”...
Y sin tocarme,
“me tocas”
y el amor se conjuga,
en cuatro palabras,
florecientes,
desde el fondo,’
de mi corazón.
“Te quiero, dulce bebe”
Reservados todos los derechos Santiago Oreggia©
¿Te gusta este poema? Compártelo:
«« más poemas de Santiago Oreggia