Ix (con boca de mar) - Poemas de Milagro Haack
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Ix (con boca de mar)
Poema publicado el 12 de Agosto de 2009
Torrente de bajas lenguas conducen
la herida que por lágrima la mar recibe
-no ofendan lo femeninoya
que las crestas se vuelven costilla y abren el surco
del terror rebasando hasta tocar el mismo dolo y tajarlo
con la sal curativa de la espera
santiamén,
-Algas y peces
Subían
del mar
lecturas
propiciaban encuentros
gris
la piel descubre
sus olvidos.-
Sí,
todo se vuelve en una sola mirada
hacia el dolor en la frente del poder en manos no loables
mientras el ahogo se marca en la huella del desprecio
-no mancillen lo femeninoy
no existe un sentimiento tan apagado
como la caza de la inocencia del sentir que dios existe,
en un atar de promesa no cumplida
palabra marchita
estremece la mar con piel de mujer agonizando
cuando el latino juzga por buena suerte lo que el viejo
mundo ofrece de migaja,
y nosotros hechos de alga, de arena, de río, de tierra
de una Sudamérica que se desprecia por su vaso
jeroglífico, por ser el enigma desde años de niebla
posición y encanto, más el orgullo
de permanencia
por ello
niños mueren
madres ofrendan la mar que sube su arcano hechizo
por ello, somos, y no reconocemos la oración del avariento
por ello, sólo con manos atadas abono
dictamen hambriento
–la piel descubre/ sus olvidos.
Poema publicado el 12 de Agosto de 2009
Torrente de bajas lenguas conducen
la herida que por lágrima la mar recibe
-no ofendan lo femeninoya
que las crestas se vuelven costilla y abren el surco
del terror rebasando hasta tocar el mismo dolo y tajarlo
con la sal curativa de la espera
santiamén,
-Algas y peces
Subían
del mar
lecturas
propiciaban encuentros
gris
la piel descubre
sus olvidos.-
Sí,
todo se vuelve en una sola mirada
hacia el dolor en la frente del poder en manos no loables
mientras el ahogo se marca en la huella del desprecio
-no mancillen lo femeninoy
no existe un sentimiento tan apagado
como la caza de la inocencia del sentir que dios existe,
en un atar de promesa no cumplida
palabra marchita
estremece la mar con piel de mujer agonizando
cuando el latino juzga por buena suerte lo que el viejo
mundo ofrece de migaja,
y nosotros hechos de alga, de arena, de río, de tierra
de una Sudamérica que se desprecia por su vaso
jeroglífico, por ser el enigma desde años de niebla
posición y encanto, más el orgullo
de permanencia
por ello
niños mueren
madres ofrendan la mar que sube su arcano hechizo
por ello, somos, y no reconocemos la oración del avariento
por ello, sólo con manos atadas abono
dictamen hambriento
–la piel descubre/ sus olvidos.
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