Noticia de florencia - Poemas de Mario Hernández Aguirre
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Noticia de florencia
Poema publicado el 26 de Febrero de 2001
Un verano de tigres tengo ahora en mi pecho,
No espigas,
Ni miel de entonces,
Ni desnudas espadas.
Locos corren leopardos de interminables lluvias.
Levanté altas columnas. Sus capiteles
No escaparon al humus del olvido.
Imaginé campanas, mástiles y caminos,
Y, en el fondo, junto a las torres
Estabas tú, meditativa.
Doblada bajo el gran río rojo
Eras así, lejana, como las espigas que hostiliza el viento.
Cansado, la humedad adueña mis fronteras
Alejando la frase lacónica con que te llamaba.
Virgilio, el del navío herido de aguas griegas
Podría haber sufrido anhelo semejante.
Pero las espadas húmedas llenan mis ojos
Y cubren las estatuas.
El boulevard y el louvre que amabas
Se hundieron ya. (También tus manos al final del invierno)
—Sólo los pájaros emigran y regresan!―
Pero yo estaré allí, húmedo de fríos metales,
Húmedo de callado amor y soles alejados,
Húmedo de aceros antiguos y diosas transparentes
/de redondo mármol.
Ah humedad de ausente amor…!
Poema publicado el 26 de Febrero de 2001
Un verano de tigres tengo ahora en mi pecho,
No espigas,
Ni miel de entonces,
Ni desnudas espadas.
Locos corren leopardos de interminables lluvias.
Levanté altas columnas. Sus capiteles
No escaparon al humus del olvido.
Imaginé campanas, mástiles y caminos,
Y, en el fondo, junto a las torres
Estabas tú, meditativa.
Doblada bajo el gran río rojo
Eras así, lejana, como las espigas que hostiliza el viento.
Cansado, la humedad adueña mis fronteras
Alejando la frase lacónica con que te llamaba.
Virgilio, el del navío herido de aguas griegas
Podría haber sufrido anhelo semejante.
Pero las espadas húmedas llenan mis ojos
Y cubren las estatuas.
El boulevard y el louvre que amabas
Se hundieron ya. (También tus manos al final del invierno)
—Sólo los pájaros emigran y regresan!―
Pero yo estaré allí, húmedo de fríos metales,
Húmedo de callado amor y soles alejados,
Húmedo de aceros antiguos y diosas transparentes
/de redondo mármol.
Ah humedad de ausente amor…!
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