Acordanza - Poemas de María Teresa González
Acordanza
Poema publicado el 16 de Abril de 2005
No, no necesito
que nadie me cuente de dónde vengo,
porque allá, lejos,
hay una brisa antigua
que a veces
me trae tu recuerdo.
Apenas una cara,
unas guedejas,
un cuerpo sosteniendo un abrigo
sobre el que se posaron
demasiados inviernos.
Un trapo oscuro
cansado de calentar tu piel
donde el dedo afilado del aire
escribiera
un infinito pliego de desgracias.
No, no necesito
buscar de los cajones una foto,
que el aliento no puede asomarse a ella
ni puede sentirse la caricia,
ni notarse los besos que me dieras.
Hay un rastro en mi vida,
lo siento,
de esas manos tuyas maltratadas
de huerta y labranza,
donde tan bien se mezclaron
el mimo y la azada.
No, que nadie me consuele,
que vuela por entre el aire la sombra
y todavía me queda
un poco de memoria.
Poema publicado el 16 de Abril de 2005
No, no necesito
que nadie me cuente de dónde vengo,
porque allá, lejos,
hay una brisa antigua
que a veces
me trae tu recuerdo.
Apenas una cara,
unas guedejas,
un cuerpo sosteniendo un abrigo
sobre el que se posaron
demasiados inviernos.
Un trapo oscuro
cansado de calentar tu piel
donde el dedo afilado del aire
escribiera
un infinito pliego de desgracias.
No, no necesito
buscar de los cajones una foto,
que el aliento no puede asomarse a ella
ni puede sentirse la caricia,
ni notarse los besos que me dieras.
Hay un rastro en mi vida,
lo siento,
de esas manos tuyas maltratadas
de huerta y labranza,
donde tan bien se mezclaron
el mimo y la azada.
No, que nadie me consuele,
que vuela por entre el aire la sombra
y todavía me queda
un poco de memoria.
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