Dile que la quiero - Poemas de LUIS MIGUEL RABANAL
Dile que la quiero
Poema publicado el 28 de Abril de 2001
A las dos de la tarde el calor era una piedra arrojada a la cabeza
gris del condenado. Luego vendrían torturas invisibles en el
seminario de V. y niñas bobas, muy bobas. Llaman al amor
algunos clepsidra encantada y árbol de octubre. Serenaban tu
rostro demonios añiles y varias maestras, el placer que se
escabulle como dos aparecidos en Orrios, o aquella insensatez
de tu cuerpo al no hablar. Qué podríamos hacer contigo. Hoy
parece que va a llover, sin misericordia ninguna, en el lugar de
los hechos. Nadie habita ya, pobrecilla princesa mía, aquel
olvido voluminoso y tuyo.
Poema publicado el 28 de Abril de 2001
A las dos de la tarde el calor era una piedra arrojada a la cabeza
gris del condenado. Luego vendrían torturas invisibles en el
seminario de V. y niñas bobas, muy bobas. Llaman al amor
algunos clepsidra encantada y árbol de octubre. Serenaban tu
rostro demonios añiles y varias maestras, el placer que se
escabulle como dos aparecidos en Orrios, o aquella insensatez
de tu cuerpo al no hablar. Qué podríamos hacer contigo. Hoy
parece que va a llover, sin misericordia ninguna, en el lugar de
los hechos. Nadie habita ya, pobrecilla princesa mía, aquel
olvido voluminoso y tuyo.
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