Los dos relojes - Poemas de Iacyr Anderson Freitas
Los dos relojes
Poema publicado el 28 de Agosto de 2003
No importa el tiempo allá afuera,
la brisa en las uñas del limonero.
El azul tan vivo
que hiere la vista.
Siquiera el exceso de vida
en los pájaros, en las hormigas
que traen con dificultad
una astilla perdida en la infancia.
Ni al menos
la claridad que quema
el paisaje.
Al fondo de tu cuerpo
esos excesos no llegan.
Hay un cofre: has perdido la llave.
Una música dentro insiste.
Al lado un reloj que marca
las dos de la mañana.
Y en ese cofre tuyo
siempre son las dos.
Por eso
nada adelanta el tiempo de afuera.
Por eso
queda esa cosa triste,
indefinible, en el aire.
Y en tu cuerpo, y en ese cofre
delante de un reloj
a las dos de la mañana.
Luego, queda esperar
algo que no se sabe de cierto
qué es, si es que existe — y por qué vendrá.
Algo mayor que esa hora postrera, terrible.
Y que pueda hacer
girar al reloj.
Poema publicado el 28 de Agosto de 2003
No importa el tiempo allá afuera,
la brisa en las uñas del limonero.
El azul tan vivo
que hiere la vista.
Siquiera el exceso de vida
en los pájaros, en las hormigas
que traen con dificultad
una astilla perdida en la infancia.
Ni al menos
la claridad que quema
el paisaje.
Al fondo de tu cuerpo
esos excesos no llegan.
Hay un cofre: has perdido la llave.
Una música dentro insiste.
Al lado un reloj que marca
las dos de la mañana.
Y en ese cofre tuyo
siempre son las dos.
Por eso
nada adelanta el tiempo de afuera.
Por eso
queda esa cosa triste,
indefinible, en el aire.
Y en tu cuerpo, y en ese cofre
delante de un reloj
a las dos de la mañana.
Luego, queda esperar
algo que no se sabe de cierto
qué es, si es que existe — y por qué vendrá.
Algo mayor que esa hora postrera, terrible.
Y que pueda hacer
girar al reloj.
¿Te gusta este poema? Compártelo:
«« más poemas de Iacyr Anderson Freitas