CanciÓn para un Árbol condenado a muerte - Poemas de Diego Omar Ruggeri
CanciÓn para un Árbol condenado a muerte
Poema publicado el 17 de Septiembre de 2004
Hoy puede ser el último día
Que vea tus hojas temblando en la brisa
Bailando en el beso del aire
Brillando en el soplo del día
Como si nunca fueras a morir
Hoy puede ser el último día
Que tu copa me cobije, me proteja
Que derrame en mi piel su lluvia sombría
Y que tus pájaros te agradezcan con su canto
Como si nunca fueras a morir
Hoy puede ser el último día
Que hundas tus raíces en la Tierra
Buscando el hondo vientre de tu Madre
Bebiendo los latidos de su sangre
Como si nunca fueras a morir
Hoy puede ser ese último día
Porque los hombres te han juzgado y condenado
Sí, los que mataron a tu hermano
Los miserables
Te talarán
Cuando mañana tu tronco derribado
Sangre en la tierra su verde sangre
Pasarán los miserables a tu lado
Y no sabrán que antes que ellos te mataran
Vivías
Como si nunca fueras a morir
Sólo yo rogaré por tu alma al Gran Espíritu
Y sólo en mi pecho el temblor de tus hojas
El trinar de tus pájaros
Y tu insondable belleza
Serán lluvia, llanto y sangre
Y nuestra madre nos hará una promesa:
Venganza sobre esos miserables.
Poema publicado el 17 de Septiembre de 2004
Hoy puede ser el último día
Que vea tus hojas temblando en la brisa
Bailando en el beso del aire
Brillando en el soplo del día
Como si nunca fueras a morir
Hoy puede ser el último día
Que tu copa me cobije, me proteja
Que derrame en mi piel su lluvia sombría
Y que tus pájaros te agradezcan con su canto
Como si nunca fueras a morir
Hoy puede ser el último día
Que hundas tus raíces en la Tierra
Buscando el hondo vientre de tu Madre
Bebiendo los latidos de su sangre
Como si nunca fueras a morir
Hoy puede ser ese último día
Porque los hombres te han juzgado y condenado
Sí, los que mataron a tu hermano
Los miserables
Te talarán
Cuando mañana tu tronco derribado
Sangre en la tierra su verde sangre
Pasarán los miserables a tu lado
Y no sabrán que antes que ellos te mataran
Vivías
Como si nunca fueras a morir
Sólo yo rogaré por tu alma al Gran Espíritu
Y sólo en mi pecho el temblor de tus hojas
El trinar de tus pájaros
Y tu insondable belleza
Serán lluvia, llanto y sangre
Y nuestra madre nos hará una promesa:
Venganza sobre esos miserables.
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