Sobre la noche vengo caminando
-"¿El sol ha muerto?", me pregunto.
-"Acaso", dice un golpe de hielo en mi costado,
"acaso este misterio es absoluto"...
Pero hay algo intangible que me empuja,
que me hace caminar entre cuerpos tullidos,
entre caras que son como nudos de bruma.
Y vuelvo a preguntarme -"¿Estoy dormido
o sueño a pleno sol, y no quiero entenderlo?"
Arriba, el aire finge su antigua alegoría.
Abajo, el corazón se estrecha como un eco,
y otro eco de hondos pasos se adivina...
Alguien pasa a mi lado, pero no lo distingo.
Es ese huelgo anónimo que nos hace visibles.
-"¡Es la fuerza habitada de la muerte!", me digo;
aunque también la vida tiene ese pulso virgen.
No, nunca estamos solos, y menos cuando caen
almas rotas en torno a nuestra alma indefensa.
El infortunio histórico es un lazo de sangre,
la cólera del tiempo nos convierte en colmena.
Aunque es difícil dar con el sentido
de esta excursión nocturna entre fuegos cruzados.
-"¿El sol ha muerto?", me pregunto. Y sigo
sobre la noche diurna caminando...
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