Poeta nacido en Zamora el 30 de enero de 1934.
En 1952 se traslada a Madrid para cursar Filosofía y Letras en la Universidad Central. Se licenció en la sección de Filología Románica, en 1957.
Aunque sus compañeros de instituto le recuerdan por su toque de balón como futbolista, en 1948 escribe sus primeras composiciones poéticas, y en 1949 en el diario El Correo de Zamora, publica su primer poema, Nana de la Virgen María.
En 1951 empiezan a nacer los primeros versos de Don de la ebriedad, una obra que impresiona a Vicente Aleixandre, con el que luego Claudio Rodríguez mantendría una estrecha e íntima amistad.
Hasta 1958 no publicará su siguiente libro de poemas, Conjuros, y entremedias conoce a Blas de Otero en 1954 (con el que frecuenta el Duero y las tabernas de la ciudad).
Con la ayuda inicial de Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre viajó a Inglaterra. Allí fue lector de español, primero en Nottingham y luego en Cambridge. Estuvo entre 1958 y 1964, y allí escribió su tercer libro, Alianza y condena.
En 1976 publicará su cuarto libro, El vuelo de la celebración, y en 1983 se edita Desde mis poemas, un libro recopilatorio de toda su obra y por el que recibe el Premio Nacional de Literatura.
Dos años después en 1985, aparece Reflexiones sobre mi poesía, y en 1986 recibe el premio de las Letras de Castilla y León.
En 1987 fue elegido miembro de número de la Real Academia Española de la Lengua para ocupar el sillón I, sustituyendo a Gerardo Diego.
Fue nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad de Zamora (1989) y ya en 1991 publica su último libro de poemas, Casi una leyenda.
El 28 de mayo de 1993 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
Murió en Madrid el 22 de julio de 1999.
el don de la ebriedad (v)
Cuándo hablar‚ de ti sin voz de hombre para no acabar nunca, como el río no acaba de contar su pena ...[leer completo]
Cuándo hablar‚ de ti sin voz de hombre para no acabar nunca, como el río no acaba de contar su pena ...
el don de la ebriedad (vi)
Las imágenes, una que las centra en planetaria rotación, se borran y suben a un lugar por sus impuls...[leer completo]
Las imágenes, una que las centra en planetaria rotación, se borran y suben a un lugar por sus impuls...
a mi ropa tendida (el alma)
Me la están refregando, alguien la aclara. ¡Yo que desde aquel día la eché a lo sucio para siempre, ...[leer completo]
Me la están refregando, alguien la aclara. ¡Yo que desde aquel día la eché a lo sucio para siempre, ...
el don de la ebriedad (ix)
Como si nunca hubiera sido mía, dad al aire mi voz y que en el aire sea de todos y la sepan todos ig...[leer completo]
Como si nunca hubiera sido mía, dad al aire mi voz y que en el aire sea de todos y la sepan todos ig...
el don de la ebriedad (ii)
Yo me pregunto a veces si la noche se cierra al mundo para abrirse o si algo la abre tan de repente ...[leer completo]
Yo me pregunto a veces si la noche se cierra al mundo para abrirse o si algo la abre tan de repente ...
el don de la ebriedad (viii)
No porque llueva ser‚ digno. ¿Y cuándo lo seré, en qué momento? ¿Entre la pausa que va de gota a got...[leer completo]
No porque llueva ser‚ digno. ¿Y cuándo lo seré, en qué momento? ¿Entre la pausa que va de gota a got...
el baile de Águedas
Veo que no queréis bailar conmigo y hacéis muy bien. Si hasta ahora no hice más que pisaros, si hast...[leer completo]
Veo que no queréis bailar conmigo y hacéis muy bien. Si hasta ahora no hice más que pisaros, si hast...
el don de la ebriedad (i)
Siempre la claridad viene del cielo; es un don: no se halla entre las cosas sino muy por encima, y l...[leer completo]
Siempre la claridad viene del cielo; es un don: no se halla entre las cosas sino muy por encima, y l...
el don de la ebriedad (vii)
¡Sólo por una vez que todo vuelva a dar como si nunca diera tanto! Ritual arador en plena madre y en...[leer completo]
¡Sólo por una vez que todo vuelva a dar como si nunca diera tanto! Ritual arador en plena madre y en...
el don de la ebriedad (iv)
Así el deseo. Como el alba, clara desde la cima y cuando se detiene tocando con sus luces lo concret...[leer completo]
Así el deseo. Como el alba, clara desde la cima y cuando se detiene tocando con sus luces lo concret...
el don de la ebriedad (iii)
La encina, que conserva más un rayo de sol que todo un mes de primavera, no siente lo espontáneo de ...[leer completo]
La encina, que conserva más un rayo de sol que todo un mes de primavera, no siente lo espontáneo de ...
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