Ella se fue y me quedé en tinieblas - Poemas de Antonio R Munguia
Ella se fue y me quedé en tinieblas
Poema publicado el 11 de Diciembre de 2022
En esa noche con su manto oscuro
Se cubrió de tinieblas mi alma inerme,
No solo aquel entorno donde verme
Fue topar con un grueso y negro muro.
Toda ilusión me abandonó y lo juro
Que no hallé donde asirme o sostenerme.
La oquedad apagada al retenerme
Fue la prisión fatal ante mi apuro.
Ella le dio culminación nocturna
Después de convertirme en ser huraño,
Sabiendo que asestaba así un gran daño
A quien mantuvo preso en esa urna,
Que convirtió mi vida en taciturna
Al tolerar desprecio y cruel engaño.
Mas Dios cambia tiniebla en luz divina
Y un orto nuevo de alba muy hermosa
Me envió con la mirada milagrosa
De una bella mujer que me ilumina.
Ella me rescató con mano fina
De aquella oscuridad tan espantosa.
Su entrega es la palanca que amorosa
Alienta por su nombre, Evangelina.
La vida es tómbola de sorpresas muchas,
Donde igual pueden obtenerse bienes,
O males como adornos en las sienes.
Pero aunque caigas en fatales luchas,
Si a tómbola y destino los escuchas,
Tendrás la recompensa a esos desdenes.
Poema publicado el 11 de Diciembre de 2022
En esa noche con su manto oscuro
Se cubrió de tinieblas mi alma inerme,
No solo aquel entorno donde verme
Fue topar con un grueso y negro muro.
Toda ilusión me abandonó y lo juro
Que no hallé donde asirme o sostenerme.
La oquedad apagada al retenerme
Fue la prisión fatal ante mi apuro.
Ella le dio culminación nocturna
Después de convertirme en ser huraño,
Sabiendo que asestaba así un gran daño
A quien mantuvo preso en esa urna,
Que convirtió mi vida en taciturna
Al tolerar desprecio y cruel engaño.
Mas Dios cambia tiniebla en luz divina
Y un orto nuevo de alba muy hermosa
Me envió con la mirada milagrosa
De una bella mujer que me ilumina.
Ella me rescató con mano fina
De aquella oscuridad tan espantosa.
Su entrega es la palanca que amorosa
Alienta por su nombre, Evangelina.
La vida es tómbola de sorpresas muchas,
Donde igual pueden obtenerse bienes,
O males como adornos en las sienes.
Pero aunque caigas en fatales luchas,
Si a tómbola y destino los escuchas,
Tendrás la recompensa a esos desdenes.
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