El envidioso lanza tierra y nos convierte en jardín - Poemas de Antonio R Munguia
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El envidioso lanza tierra y nos convierte en jardín
Poema publicado el 16 de Noviembre de 2022
EL ENVIDIOSO LANZA TIERRA Y NOS CONVIERTE EN JARDÍN
Ser un jardín en la vida
Con tierra y maldad sin cuento,
Será siempre insano intento
Ver nuestra fama agredida.
A personas amargadas
Que han luchado por brillar,
Pero no habido en su andar
Lugar a sus llamaradas,
Les resulta un trago amargo
Ver en otros buena fama,
Y su pecho mal se inflama
En su incesante letargo.
Sienten urgencia inmediata
De echarle tierra al famoso,
Sin saber que es un ansioso
Jardín de veta oro y plata.
Flores que están escondidas
Y que al impacto de tierra,
Rompen lo que las encierra
Con sus corolas bruñidas.
Al darse cuenta del brote
Su coraje es infinito.
Desgarrador es el grito
Al sentirlo como azote.
Así encontramos al paso
Personas de ese talante,
Que creen que el ir adelante
Implica dar su sablazo.
Para no herir más su ego
Hay que mirar hacia enfrente,
Siempre en alto nuestra frente
Y a su mal hacerse ciego.
El envidioso jamás
Será un mayor enemigo,
A quien en vez de castigo
Hay que ignorarlo sin más.
Poema publicado el 16 de Noviembre de 2022
EL ENVIDIOSO LANZA TIERRA Y NOS CONVIERTE EN JARDÍN
Ser un jardín en la vida
Con tierra y maldad sin cuento,
Será siempre insano intento
Ver nuestra fama agredida.
A personas amargadas
Que han luchado por brillar,
Pero no habido en su andar
Lugar a sus llamaradas,
Les resulta un trago amargo
Ver en otros buena fama,
Y su pecho mal se inflama
En su incesante letargo.
Sienten urgencia inmediata
De echarle tierra al famoso,
Sin saber que es un ansioso
Jardín de veta oro y plata.
Flores que están escondidas
Y que al impacto de tierra,
Rompen lo que las encierra
Con sus corolas bruñidas.
Al darse cuenta del brote
Su coraje es infinito.
Desgarrador es el grito
Al sentirlo como azote.
Así encontramos al paso
Personas de ese talante,
Que creen que el ir adelante
Implica dar su sablazo.
Para no herir más su ego
Hay que mirar hacia enfrente,
Siempre en alto nuestra frente
Y a su mal hacerse ciego.
El envidioso jamás
Será un mayor enemigo,
A quien en vez de castigo
Hay que ignorarlo sin más.
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