Recuerdos de cumpas en el dia del amor - Poemas de Antonio Munguia
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Recuerdos de cumpas en el dia del amor
Poema publicado el 09 de Febrero de 2012
Recuerdo los momentos tan intensos
cuando al oído me decías quedo
“te quiero…tú eres todo lo que tengo…”
Y luego te envolvías en mis besos
con el impulso de tus desvaríos
que eran más bien los ímpetus del genio,
que desde niña exhibiste en el trasfondo
de extravagantes sueños…
Eras la niña lista y consentida que a tus padres
regaló con bondad la noche tibia,
en medio del calor de la desértica,
agreste y desolada campiña amodorrada,
muy silenciosa y casi de milagro viva…
Cuando te conocí
te vi de lejos, y en tus ojos claros
pude observar tu espíritu inocente
asfixiándose en busca de un destino,
para vaciar tu amor y tus encantos.
Me acerqué a tu vereda quisquilloso
por el temor de verme desdeñado,
y pronto vi que el ángel de tu cielo
con espada de fuego defendía
el marco en torno a tu delgado cuerpo.
Me miraste con luz de ojos que sueñan
con encontrar humana marioneta,
el incondicional que acepta todo,
para ligar tu amor con pasos recios
en el amplio despliegue de tu senda.
Vi que no era tu plan seguir a nadie
por más que de tu amor se hiciera dueño,
y atraído con fuerza por mi sangre
renuncié a pretenderte y a desearte
para que no sufrieras por despecho…
Hoy Día del Amor viene a mi mente
el fardo real de mágicos recuerdos…
ANTONIO MUNGUIA
Domingo 12 de Febrero de 1967 en la hacienda de Jamaica, Cumpas, Sonora. Un bonito día de campo para celebrar anticipadamente el Día de San Valentín, invitado sorpresivamente por un bello grupo de amigas simpáticas y bondadosas del lugar. Alejado en aquellos rincones ignoraba que ya la niña caprichosa planeaba su boda con quien sí sería en su vida lo que buscaba. Dos meses después se casaría igual que mi primer amor dos meses atrás.
Poema publicado el 09 de Febrero de 2012
Recuerdo los momentos tan intensos
cuando al oído me decías quedo
“te quiero…tú eres todo lo que tengo…”
Y luego te envolvías en mis besos
con el impulso de tus desvaríos
que eran más bien los ímpetus del genio,
que desde niña exhibiste en el trasfondo
de extravagantes sueños…
Eras la niña lista y consentida que a tus padres
regaló con bondad la noche tibia,
en medio del calor de la desértica,
agreste y desolada campiña amodorrada,
muy silenciosa y casi de milagro viva…
Cuando te conocí
te vi de lejos, y en tus ojos claros
pude observar tu espíritu inocente
asfixiándose en busca de un destino,
para vaciar tu amor y tus encantos.
Me acerqué a tu vereda quisquilloso
por el temor de verme desdeñado,
y pronto vi que el ángel de tu cielo
con espada de fuego defendía
el marco en torno a tu delgado cuerpo.
Me miraste con luz de ojos que sueñan
con encontrar humana marioneta,
el incondicional que acepta todo,
para ligar tu amor con pasos recios
en el amplio despliegue de tu senda.
Vi que no era tu plan seguir a nadie
por más que de tu amor se hiciera dueño,
y atraído con fuerza por mi sangre
renuncié a pretenderte y a desearte
para que no sufrieras por despecho…
Hoy Día del Amor viene a mi mente
el fardo real de mágicos recuerdos…
ANTONIO MUNGUIA
Domingo 12 de Febrero de 1967 en la hacienda de Jamaica, Cumpas, Sonora. Un bonito día de campo para celebrar anticipadamente el Día de San Valentín, invitado sorpresivamente por un bello grupo de amigas simpáticas y bondadosas del lugar. Alejado en aquellos rincones ignoraba que ya la niña caprichosa planeaba su boda con quien sí sería en su vida lo que buscaba. Dos meses después se casaría igual que mi primer amor dos meses atrás.
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