Años felices del jardin de niños - Poemas de Antonio Munguia
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Años felices del jardin de niños
Poema publicado el 14 de Diciembre de 2011
Años felices de la tierna infancia
cuando el jardín de niños consistía
en lúdico rincón que la vagancia
de chiquillos traviesos prohibía.
“Fuimos de pinta” osaban regodearse
con quienes no faltábamos a clase;
un desplante infantil para mofarse
dándole tono a la burlesca frase.
Víctor y Armando, amigos y vecinos
más grandes en edad y en otra escuela
a la “pinta” por rieles y caminos
me alborotaron ¡ y a raspar la suela !
Acepté pues mi clase era temprano
teniendo tarde libre como el viento;
lo que nunca preví fue que en el llano
Joaquín Lovio me vio y fue con el cuento.
Mi madre no aprobó la travesura
y me dio una paliza en el trasero,
el castigo con cándida amargura
me convenció a no ser aventurero.
Decidí que ser vago no me encaja,
que es leer y estudiar lo que divierte:
el dejar la niñez y la sonaja
de autodidacta me selló por suerte.
Benditos días del jardín de niños
en los que muy feliz gocé dichoso,
recibiendo apapachos y cariños
junto con el saber más enjundioso.
Desde el solfeo en fácil pentagrama
hasta el latín de misa eran materias
que, con amor que inspira y mucho inflama,
nos impartían con sus reglas serias.
Como rimar era mi diario empeño
(garabateaba versos dondequiera)
de tres cuadernos quise ser el dueño
para guardar en ellos mi obra entera,
urdí un engaño con sapiencia rota
pero escrito con gracia y rasgos tiernos,
la 'maestra' a mi madre envió una nota
diciendo "dele al niño tes cadernos.”
Miré a mi madre desprenderse un poco
del luto marital; por mi puntada
me dio un beso tachándome de loco
y un cuaderno endulzó su carcajada.
Juzgué el desaire inmerecido gesto
a mi jactancia de hombre 'crecidito',
pues me sentía un estudiante en sexto
aunque mi grado fuera 'el parvulito'.
Muchas vivencias que gocé y añoro
de mi mundo de ensueños escolares,
hoy son en mi alma el mágico tesoro
de la vida y sus muchos avatares.
Aquel inicio que emprendió mi vuelo
me impulsó a conocer mundos diversos
que arrebatan mi espíritu hasta el cielo
al plasmar su recuerdo en estos versos…
ANTONIO MUNGUIA
MEMORIA:
Sábado 31 de octubre de 1959 Al término de mi primer programa en vivo desde el estudio de XEAQ presentando a “Los Locos del Ruido”, conjunto de rock de Armando Leyva. El recuerdo del jardín de niños me visitó todavía a mis 15 años de edad y a diez años de aquellos días
Poema publicado el 14 de Diciembre de 2011
Años felices de la tierna infancia
cuando el jardín de niños consistía
en lúdico rincón que la vagancia
de chiquillos traviesos prohibía.
“Fuimos de pinta” osaban regodearse
con quienes no faltábamos a clase;
un desplante infantil para mofarse
dándole tono a la burlesca frase.
Víctor y Armando, amigos y vecinos
más grandes en edad y en otra escuela
a la “pinta” por rieles y caminos
me alborotaron ¡ y a raspar la suela !
Acepté pues mi clase era temprano
teniendo tarde libre como el viento;
lo que nunca preví fue que en el llano
Joaquín Lovio me vio y fue con el cuento.
Mi madre no aprobó la travesura
y me dio una paliza en el trasero,
el castigo con cándida amargura
me convenció a no ser aventurero.
Decidí que ser vago no me encaja,
que es leer y estudiar lo que divierte:
el dejar la niñez y la sonaja
de autodidacta me selló por suerte.
Benditos días del jardín de niños
en los que muy feliz gocé dichoso,
recibiendo apapachos y cariños
junto con el saber más enjundioso.
Desde el solfeo en fácil pentagrama
hasta el latín de misa eran materias
que, con amor que inspira y mucho inflama,
nos impartían con sus reglas serias.
Como rimar era mi diario empeño
(garabateaba versos dondequiera)
de tres cuadernos quise ser el dueño
para guardar en ellos mi obra entera,
urdí un engaño con sapiencia rota
pero escrito con gracia y rasgos tiernos,
la 'maestra' a mi madre envió una nota
diciendo "dele al niño tes cadernos.”
Miré a mi madre desprenderse un poco
del luto marital; por mi puntada
me dio un beso tachándome de loco
y un cuaderno endulzó su carcajada.
Juzgué el desaire inmerecido gesto
a mi jactancia de hombre 'crecidito',
pues me sentía un estudiante en sexto
aunque mi grado fuera 'el parvulito'.
Muchas vivencias que gocé y añoro
de mi mundo de ensueños escolares,
hoy son en mi alma el mágico tesoro
de la vida y sus muchos avatares.
Aquel inicio que emprendió mi vuelo
me impulsó a conocer mundos diversos
que arrebatan mi espíritu hasta el cielo
al plasmar su recuerdo en estos versos…
ANTONIO MUNGUIA
MEMORIA:
Sábado 31 de octubre de 1959 Al término de mi primer programa en vivo desde el estudio de XEAQ presentando a “Los Locos del Ruido”, conjunto de rock de Armando Leyva. El recuerdo del jardín de niños me visitó todavía a mis 15 años de edad y a diez años de aquellos días
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