La soledad acompañada - Poemas de Alfonso Fajardo
La soledad acompañada
Poema publicado el 09 de Enero de 2002
¿ Contemplaría el mármol líquido de las despedidas?
El tiempo es un bus que se aleja
entre el humo de los días y las calles del martirio.
No podría ser de otra forma
este río negro de palabras, al que en un arranque de eternidad,
me gustaría llamarle poema.
¿Vivirá, aún, el agua de mis vísceras
derramada entre los papeles absorbentes del dolor?
No diré para siempre la fidelidad
de su más furtivo pubis, la complicidad
entre una hora y el vacío, como el puente
entre la muerte y la resurrección, matrimonio
promiscuo que por libre, deja desatados
los caballos del delirio y la sangre que deletrea.
Hay un vicio, un disparo a campo traviesa,
una jauría que inquieta el sueño y yo que,
embriagado de espirales, lanzo huesos
a la calle de calvarios y desfiladeros.
Diré la vida me basta y el tiempo habla.
¿Consagraría el ciprés luminoso de las heridas?
Poema publicado el 09 de Enero de 2002
¿ Contemplaría el mármol líquido de las despedidas?
El tiempo es un bus que se aleja
entre el humo de los días y las calles del martirio.
No podría ser de otra forma
este río negro de palabras, al que en un arranque de eternidad,
me gustaría llamarle poema.
¿Vivirá, aún, el agua de mis vísceras
derramada entre los papeles absorbentes del dolor?
No diré para siempre la fidelidad
de su más furtivo pubis, la complicidad
entre una hora y el vacío, como el puente
entre la muerte y la resurrección, matrimonio
promiscuo que por libre, deja desatados
los caballos del delirio y la sangre que deletrea.
Hay un vicio, un disparo a campo traviesa,
una jauría que inquieta el sueño y yo que,
embriagado de espirales, lanzo huesos
a la calle de calvarios y desfiladeros.
Diré la vida me basta y el tiempo habla.
¿Consagraría el ciprés luminoso de las heridas?
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