La insanidad - Poemas de Alfonso Fajardo
La insanidad
Poema publicado el 16 de Abril de 2001
Ojos
ventanas de olas de fuego violento donde se adivina el infierno
en cuyas blancas salas de espera transitan los hijos de la nada
Lejos los locos del papel parapetados en sus poses de artista
los locos animales de tabernas de algas
los locos de palabra de aire que piden misericordia lejos
los locos que respiran comen beben orinan fornican lloran
y lo saben
Yo hablo de otros mundos de astros de silencio de río inmutable
yo hablo de geografías de montañas de follajes negros
yo hablo
queridos pistones azules que escuchan entre paréntesis
yo hablo de los verdaderos locos de sangre de gentes de neuronas
Este es el tiempo de los chubascos los espirales de la sinrazón
esta es la eternidad del dolor y en sus jardines paseo
como lo hizo el mendigo rubio de llanas luminosas bajo el madero de los inventos
Este es oleaje del aletazo de la papalota del cielo
Este es el aire del veneno y aquí comienza mis heridas
La noche trae la calma de los venenos circulantes
y un ácido violín vigila el sueño de los ángeles
mientras en la pantalla del televisor bulle la sangre del remanso
Hubo un calendario solar sobre la sombra de mis ojos
pero un zopilote me miraba como luna del mal preparándome
para la neblina de una música en desequilibrio cuando la nata del tiempo
Los ángeles recorren como duendes el bosque gris de la soledad
miran la palabra que los nombra
nombran las cosas del mundo y los ojos que los lloran
lloran por sus alas perdidas
pierden la noción de la luz
iluminan la casa de los sueños
sueñan con ovejas de pies humanos con siete cabezas
de siete ojos de siete lagrimas de sangre de siete sacerdotes
Los ángeles se masturban frente al publico estupefacto
se orinan tranquilamente en los pisos mas finos
se embarran los muslos cuando defecan
hablan el idioma animal de la sinrazón
gritan como los grandes perdidos del potrero
se llevan a la boca las migajas del pan del infierno
se encienden en llamas como el trémulo árbol de los dioses
gesticulan muecas de espanto que el mismo tiempo desdibuja
nadan en un mar de píldoras que apagan el fuego del sobresalto
y como anguilas fosforescentes emanan energía eléctrica
cuando el dedo índice del lobo sin rostro palpa los circuitos de sus neuronas
Los ángeles caídos tocan las cuerdas amargas del arpa del dolor
y la insanidad
que es el umbral de la puerta que conduce al infinito
muerde mis nervios
todos los días de la mentira mientras las procesiones de neurólogos
La insanidad
es un río caudaloso de fuego de tormenta de luces parpadeantes
es la blancura
en la mente de vidrio de los eternamente inocentes
es la ceguera
de los caballos de la sangre del sobresalto cuando cruzan
el pastizal erosionado de los sentidos
es el pecado original guardado con recelo en las casas iluminadas
del suplicio
es el desvelo de la esperanza velando cuerpos muertos en vida
es el infierno
permanente donde cohabitan los enemigos íntimos de la cruz
es el ángel pervertido
que muestra su miembro a las muchachas y pide cigarros
para quemar al tiempo
es una mar convulsionado que escupe náufragos sobre la frágil
isla del pecho
es instinto animal que respira como bebe defeca orina y llora
sin saberlo
La insanidad es la luna blanca que brilla como el mal
en la geografía erosionada de la mente
y en la blancura sin mácula
de los ojos del loco
La insanidad es el fusible apagado la luz intermitente
dentro del pecho
y en el epicentro de la frente
La insanidad tiene movimientos lentos de vidas lentas
mueve sus brazos lentos
y lentamente pide la vida que algún dios le roba lentamente
La insanidad es la reina del dolor
y como el maldito cordero que espera la piedra de lo desconocido
los ángeles caídos los locos
miran a la vida desde el margen con la ternura del agua del manantial en sus ojos
y yo entre miradas presiento que secretamente y sin saberlo piden a la muerte
su puerta luminosa su descanso
mientras en sus oxidadas venas corre el veneno de dios
y ellos aletargados viven entre comillas hasta la próxima descarga eléctrica
hasta el próximo infierno
Poema publicado el 16 de Abril de 2001
Ojos
ventanas de olas de fuego violento donde se adivina el infierno
en cuyas blancas salas de espera transitan los hijos de la nada
Lejos los locos del papel parapetados en sus poses de artista
los locos animales de tabernas de algas
los locos de palabra de aire que piden misericordia lejos
los locos que respiran comen beben orinan fornican lloran
y lo saben
Yo hablo de otros mundos de astros de silencio de río inmutable
yo hablo de geografías de montañas de follajes negros
yo hablo
queridos pistones azules que escuchan entre paréntesis
yo hablo de los verdaderos locos de sangre de gentes de neuronas
Este es el tiempo de los chubascos los espirales de la sinrazón
esta es la eternidad del dolor y en sus jardines paseo
como lo hizo el mendigo rubio de llanas luminosas bajo el madero de los inventos
Este es oleaje del aletazo de la papalota del cielo
Este es el aire del veneno y aquí comienza mis heridas
La noche trae la calma de los venenos circulantes
y un ácido violín vigila el sueño de los ángeles
mientras en la pantalla del televisor bulle la sangre del remanso
Hubo un calendario solar sobre la sombra de mis ojos
pero un zopilote me miraba como luna del mal preparándome
para la neblina de una música en desequilibrio cuando la nata del tiempo
Los ángeles recorren como duendes el bosque gris de la soledad
miran la palabra que los nombra
nombran las cosas del mundo y los ojos que los lloran
lloran por sus alas perdidas
pierden la noción de la luz
iluminan la casa de los sueños
sueñan con ovejas de pies humanos con siete cabezas
de siete ojos de siete lagrimas de sangre de siete sacerdotes
Los ángeles se masturban frente al publico estupefacto
se orinan tranquilamente en los pisos mas finos
se embarran los muslos cuando defecan
hablan el idioma animal de la sinrazón
gritan como los grandes perdidos del potrero
se llevan a la boca las migajas del pan del infierno
se encienden en llamas como el trémulo árbol de los dioses
gesticulan muecas de espanto que el mismo tiempo desdibuja
nadan en un mar de píldoras que apagan el fuego del sobresalto
y como anguilas fosforescentes emanan energía eléctrica
cuando el dedo índice del lobo sin rostro palpa los circuitos de sus neuronas
Los ángeles caídos tocan las cuerdas amargas del arpa del dolor
y la insanidad
que es el umbral de la puerta que conduce al infinito
muerde mis nervios
todos los días de la mentira mientras las procesiones de neurólogos
La insanidad
es un río caudaloso de fuego de tormenta de luces parpadeantes
es la blancura
en la mente de vidrio de los eternamente inocentes
es la ceguera
de los caballos de la sangre del sobresalto cuando cruzan
el pastizal erosionado de los sentidos
es el pecado original guardado con recelo en las casas iluminadas
del suplicio
es el desvelo de la esperanza velando cuerpos muertos en vida
es el infierno
permanente donde cohabitan los enemigos íntimos de la cruz
es el ángel pervertido
que muestra su miembro a las muchachas y pide cigarros
para quemar al tiempo
es una mar convulsionado que escupe náufragos sobre la frágil
isla del pecho
es instinto animal que respira como bebe defeca orina y llora
sin saberlo
La insanidad es la luna blanca que brilla como el mal
en la geografía erosionada de la mente
y en la blancura sin mácula
de los ojos del loco
La insanidad es el fusible apagado la luz intermitente
dentro del pecho
y en el epicentro de la frente
La insanidad tiene movimientos lentos de vidas lentas
mueve sus brazos lentos
y lentamente pide la vida que algún dios le roba lentamente
La insanidad es la reina del dolor
y como el maldito cordero que espera la piedra de lo desconocido
los ángeles caídos los locos
miran a la vida desde el margen con la ternura del agua del manantial en sus ojos
y yo entre miradas presiento que secretamente y sin saberlo piden a la muerte
su puerta luminosa su descanso
mientras en sus oxidadas venas corre el veneno de dios
y ellos aletargados viven entre comillas hasta la próxima descarga eléctrica
hasta el próximo infierno
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