Contestando una pregunta de rilke - Poemas de Alfonso Fajardo
Contestando una pregunta de rilke
Poema publicado el 02 de Junio de 2005
Escribo y me acerco,
se lo digo al poema en el oído,
y un sombrero de pájaros que aletean me llueve.
Poco a poco
la música se va convirtiendo
en ese silencio que madura en la garganta
y cae intermitente y tenue como la gravedad ceremoniosa de las cosas sencillas.
Soy el árbol trémulo
que deshoja sus espejos, como lo hace el leproso
cuando de misericordia se muere.
No diré el tiempo es gris, y se agitan lujuriosos,
los rapaces gobernantes del infierno y su abismo.
No pedirá perdón, al que con cruz en mano,
en vano trate de exorcizar los guijarros,
los malos y extraños espíritus de mi palabra.
Escribo y me acerco,
se lo digo a mi mismo,
y me lamento.
Me lamento de que mi camino, como el tiempo circular de un país,
sea un estrecho sendero, donde sediento y desahuciado,
contesto la pregunta de Rilke, y bebo a sorbos medicados
esa agua oficiosa y sacra que es la poesía.
Poema publicado el 02 de Junio de 2005
Escribo y me acerco,
se lo digo al poema en el oído,
y un sombrero de pájaros que aletean me llueve.
Poco a poco
la música se va convirtiendo
en ese silencio que madura en la garganta
y cae intermitente y tenue como la gravedad ceremoniosa de las cosas sencillas.
Soy el árbol trémulo
que deshoja sus espejos, como lo hace el leproso
cuando de misericordia se muere.
No diré el tiempo es gris, y se agitan lujuriosos,
los rapaces gobernantes del infierno y su abismo.
No pedirá perdón, al que con cruz en mano,
en vano trate de exorcizar los guijarros,
los malos y extraños espíritus de mi palabra.
Escribo y me acerco,
se lo digo a mi mismo,
y me lamento.
Me lamento de que mi camino, como el tiempo circular de un país,
sea un estrecho sendero, donde sediento y desahuciado,
contesto la pregunta de Rilke, y bebo a sorbos medicados
esa agua oficiosa y sacra que es la poesía.
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