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Prisión de don alvaro de luna. pide ver al rey, sin conseguirlo - Poemas de ROMANCERO ESPAÑOL


 
 
Prisión de don alvaro de luna. pide ver al rey, sin conseguirlo
Poema publicado el 25 de Enero de 2000

               

El  rey se sale de misa
de  Santa  María la Blanca;
don Alvaro, el Condestable,
con otros lo acompañaba.
Díjole  el  rey  en  llegando,
con  enojo estas palabras:

"Partios  de  aquí,  Condestable,
que  por  vos  me  desacatan:
por  creer  vuestros  consejos
mal  me  quieren  en  España;
si  por ende hacedes otro
haríades  en  ello saña."

Ya se parte el Condestable,
ya se vuelve a su posada,
amenazando a  los grandes
que al rey tan mal  informaran.
En  la noche,  a  la su cena,
Diego Goter recio entrara;
díjole:

"Catad,  señor,
que  por  todo Burgos  anda
cómo  habedes  de  ser  preso
el  miércoles, que es mañana:
cabalga en  la  mi  mula
que yo vos sacaré en  ancas
a  la puerta de San Juan
cubierto con  la mi capa."

El  Maestre  se  turbó
díjole que bien  hablara:
pidió  una copa de vino
con unas peras asadas:
como  las hubo comido
adormido se quedara.
Díjole  Diego  Goter
saliese,  que se tardaba:
dijérale:

"Anda, vete,
que voto a tal que no es nada."

A  la  mañana otro día
Cartagena  se  levanta:
vio venir don Alvar Zúñiga
con doscientos hombres d′armas
fue a despertar al  Maestre;
el  Maestre  luego s′arma.
Díjole:

"Tu padre avisa
que por él cercan  la casa:
"Castilla", viene diciendo,
"libertad  el  rey demanda."

El  Maestre al  gran  ruido
asomóse a una ventana.
Dijo:

"¡Hermosa  gente  es  ésta!"
Mas luego dentro s′entrara,
que  le  tiró  un  ballestero,
y por  muy poco  le errara.
El  combate fue tan  recio
que no hay cosa que le valga.
Acordó darse  a  prisión,
así como el  rey  lo manda.
El  rey pasaba a comer,
iba allí el obispo de Avila,
viole asomar el Maestre,
y como le vio así l′habla;
el dedo puesto en la frente
dijera  con  voz  muy  alta:

"Para ésta, don Obispillo,
que  la paguéis bien doblada."

El obispo respondiera
con miedo al velle con saña:

"Por  las  órdenes  que  tengo,
señor,  yo no os culpo en  nada,
ni os tengo más cargo d′esto
que os tiene el  rey de Granada."

Envió el Maestre al rey
le  escuchase  una  palabra:
el  rey  envió  a  decir
se acuerde  le aconsejara
que a hombre que prendiese
nunca le muestre la cara.

       

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