Corazon - Poemas de luis virgilio payano soriano
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Corazon
Poema publicado el 01 de Enero de 2000
Me veo inmerso en la noche mágica parece de un cuento el firmamento soy inmenso como lo infinito. Resuena un cañón de mil rosas de metralla resuena como un paso silente de mil caminantes mi sangre hierve de un frió amoroso, amante de la luna que silbe sus rayos flamantes vestidos de tornasol el viento pareciere desierto de carisias topacio hilvanadas en la ternura de tu piel de loto caminante del mundo, pasajero del tiempo quien no es pasajero de la vida es chofer, indefenso me captura tu vista, indefenso al ataque de tu mirada, gano la confianza de una caricia de la palma esa que de golpe viene del monte, invadiendo espacios desconocidos desparramando cientos de caricias desconocidas de mi alma ruda de naturaleza de paso mil monzones golpes que da la vida misma, aguas que enfrían de súbito el calor mió propio remando en ríos de guerras perdidas del soldado fiel, que se yergue de ímpetud valiente de mil heridas, apasionado de razón cargado de un honor sabio de mil batallas viudo de carias.
Desahuciado de circulación pero llegaste tu y la mirada furtiva del tigre, lo reanima como magia chispeante de fuerzas desconocidas se integra al destino que el mismo forja el destino te encauso en su andar abre tu corazón que refugio nenecita de golpe de mil ternuras rebosara tu vida el amor que no tiene te envía amante desinteresado olvidado de si mismo desde el pasado que resuena en la loma su victoria tempestuosa.
Poema publicado el 01 de Enero de 2000
Me veo inmerso en la noche mágica parece de un cuento el firmamento soy inmenso como lo infinito. Resuena un cañón de mil rosas de metralla resuena como un paso silente de mil caminantes mi sangre hierve de un frió amoroso, amante de la luna que silbe sus rayos flamantes vestidos de tornasol el viento pareciere desierto de carisias topacio hilvanadas en la ternura de tu piel de loto caminante del mundo, pasajero del tiempo quien no es pasajero de la vida es chofer, indefenso me captura tu vista, indefenso al ataque de tu mirada, gano la confianza de una caricia de la palma esa que de golpe viene del monte, invadiendo espacios desconocidos desparramando cientos de caricias desconocidas de mi alma ruda de naturaleza de paso mil monzones golpes que da la vida misma, aguas que enfrían de súbito el calor mió propio remando en ríos de guerras perdidas del soldado fiel, que se yergue de ímpetud valiente de mil heridas, apasionado de razón cargado de un honor sabio de mil batallas viudo de carias.
Desahuciado de circulación pero llegaste tu y la mirada furtiva del tigre, lo reanima como magia chispeante de fuerzas desconocidas se integra al destino que el mismo forja el destino te encauso en su andar abre tu corazón que refugio nenecita de golpe de mil ternuras rebosara tu vida el amor que no tiene te envía amante desinteresado olvidado de si mismo desde el pasado que resuena en la loma su victoria tempestuosa.
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