A la luz de otro día - Poemas de Lobaiza De Rivera, Lidia Esther
A la luz de otro día
Poema publicado el 25 de Septiembre de 2002
No encierres esta libertad de ser arena
y volar con el viento hacia dunas de miel ;
de ser espuma y trasegar concéntricas planicies
en juegos de escamas y remansos,
de existir en el aire y aprisionar azahares ,
y elevar su destino de bálsamo,
hacia el esférico zumo de la fruta.
.
Porque no puedes guardar el mundo en el silencio,
ni aislar tantas palabras en trizados espejos,
si en sementeras inagotables el pan amanece cada día ,
y es solidaria la brújula del hombre.
Porque no consigues desatar tantas manos,
ni acallar la música, si el corazón tiene nuevas moradas,
y el eco de la justicia estalla en el aire
con un fragor de pétalos ingrávidos.
Porque esta piel desfallece y se renueva,
expira y nace en rondas de vocablos.
Porque los sueños no se han muerto
son lagartos adormilados al sol corrosivo de los años,
y ya se desperezan en un abrazo ceñido de esperanzas.
Porque podemos desplegar las alas rumbo a lejanos puertos,
y encender nuestra sangre y nutrirnos con frescas utopías,
y sentir que vivimos,
sí ,
vivimos
con esta luz que bruñe la mañana.
Poema publicado el 25 de Septiembre de 2002
No encierres esta libertad de ser arena
y volar con el viento hacia dunas de miel ;
de ser espuma y trasegar concéntricas planicies
en juegos de escamas y remansos,
de existir en el aire y aprisionar azahares ,
y elevar su destino de bálsamo,
hacia el esférico zumo de la fruta.
.
Porque no puedes guardar el mundo en el silencio,
ni aislar tantas palabras en trizados espejos,
si en sementeras inagotables el pan amanece cada día ,
y es solidaria la brújula del hombre.
Porque no consigues desatar tantas manos,
ni acallar la música, si el corazón tiene nuevas moradas,
y el eco de la justicia estalla en el aire
con un fragor de pétalos ingrávidos.
Porque esta piel desfallece y se renueva,
expira y nace en rondas de vocablos.
Porque los sueños no se han muerto
son lagartos adormilados al sol corrosivo de los años,
y ya se desperezan en un abrazo ceñido de esperanzas.
Porque podemos desplegar las alas rumbo a lejanos puertos,
y encender nuestra sangre y nutrirnos con frescas utopías,
y sentir que vivimos,
sí ,
vivimos
con esta luz que bruñe la mañana.
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