Poema arrabalero - Poemas de José Luis Frasinetti
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Poema arrabalero
Poema publicado el 01 de Febrero de 2016
DIPTICO DE LA ESQUINA EN QUE LLUEVE
I
Esquina fue del tango arrabalero
y fue la sombra que el malvón perfuma.
Allá, la noche que es Don Juan. La bruma
urde en la calle un fantasmal bolero.
Esquina gris. ¿Qué gringo pendenciero
hirió la rosa que el misterio esfuma?
Duele el verso que muere y se difuma
entre payanas, fuelles y balero.
Ronda un aire rufián de pena rota.
Solloza el viento en el nocturno ruido
de los tacos agujas de la noche…
Y se enciende en la esquina más ignota
el recuerdo que triunfa en el olvido
y alza en violín su luna de fantoche.
II
Esquina del amor, duende del vino
que ahogó la curda blanca de un soneto.
Primero, fuiste el bar en que Don Prieto
amasaba entre ñoquis su destino.
Esquina de ese tango purpurino
que embebía el clavel de otro secreto.
Allá, el delirio del pasado quieto.
Acá, las tramas de un versar cansino.
Solo me iré por la nocturna calma,
con el sutil venero de algún tango…
Naipe rosado entre una luz de nieve.
Tras la penumbra se deshoja mi alma
y escampa el cielo en el acuoso fango
mientras acá en mi verso llueve, llueve.
Poema publicado el 01 de Febrero de 2016
DIPTICO DE LA ESQUINA EN QUE LLUEVE
I
Esquina fue del tango arrabalero
y fue la sombra que el malvón perfuma.
Allá, la noche que es Don Juan. La bruma
urde en la calle un fantasmal bolero.
Esquina gris. ¿Qué gringo pendenciero
hirió la rosa que el misterio esfuma?
Duele el verso que muere y se difuma
entre payanas, fuelles y balero.
Ronda un aire rufián de pena rota.
Solloza el viento en el nocturno ruido
de los tacos agujas de la noche…
Y se enciende en la esquina más ignota
el recuerdo que triunfa en el olvido
y alza en violín su luna de fantoche.
II
Esquina del amor, duende del vino
que ahogó la curda blanca de un soneto.
Primero, fuiste el bar en que Don Prieto
amasaba entre ñoquis su destino.
Esquina de ese tango purpurino
que embebía el clavel de otro secreto.
Allá, el delirio del pasado quieto.
Acá, las tramas de un versar cansino.
Solo me iré por la nocturna calma,
con el sutil venero de algún tango…
Naipe rosado entre una luz de nieve.
Tras la penumbra se deshoja mi alma
y escampa el cielo en el acuoso fango
mientras acá en mi verso llueve, llueve.
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