Cuando seas alguien - Poemas de EDEL MORALES
Cuando seas alguien
Poema publicado el 26 de Febrero de 2005
I
No espero mi nombre en las encuestas,
camino hacia otro resplandor.
Escucho voces que murmuran:
Cuando seas alguien podrás decir,
ya soy alguien, amarás decir,
si quieres ser alguien no debes decir.
Como si esa proposición de barnizado yugo
pudiera convencernos.
Modelar,
y luego pájaros tristes preguntan por nosotros.
No. Hace ya varias guerras elegimos
la estrella, el pecho abierto, la mano siempre lista.
No vamos a ser otros, seguimos siendo fieles,
al fin y al cabo el tiempo es nuestro
y nuestra es la tierra.
Cruzan las piernas y mirando al mar murmuran:
cuando todo se confunde
es fácil ascender barajando bien las cartas,
basta saber moverse en la marea
como hace la blandísima arena que jamás traspasa el veril.
Y con esa letanía trataban de cegarnos.
II
Para no caer como una mosca en la tela
juega tu vida en las corrientes
y al margen, con rabia y dolor, con toda el alma,
con hambre y miedo y paz
siempre puedes gritar, y decir:
Soy alguien,
y no espero mi nombre en las encuestas.
Camino hasta las primeras luces,
enciendo alguna lámpara porque soy cualquiera
y a todos nos importa,
el halo del rocío en las flores abiertas.
Murmuren y barajen esas cartas marcadas
los que nunca dieron su mano.
De tanto no ser nadie y no cambiar un rostro
que irremediablemente arde,
tenemos en la mirada el tiempo:
una estrella que abrasa para siempre
a los murmuradores.
Poema publicado el 26 de Febrero de 2005
I
No espero mi nombre en las encuestas,
camino hacia otro resplandor.
Escucho voces que murmuran:
Cuando seas alguien podrás decir,
ya soy alguien, amarás decir,
si quieres ser alguien no debes decir.
Como si esa proposición de barnizado yugo
pudiera convencernos.
Modelar,
y luego pájaros tristes preguntan por nosotros.
No. Hace ya varias guerras elegimos
la estrella, el pecho abierto, la mano siempre lista.
No vamos a ser otros, seguimos siendo fieles,
al fin y al cabo el tiempo es nuestro
y nuestra es la tierra.
Cruzan las piernas y mirando al mar murmuran:
cuando todo se confunde
es fácil ascender barajando bien las cartas,
basta saber moverse en la marea
como hace la blandísima arena que jamás traspasa el veril.
Y con esa letanía trataban de cegarnos.
II
Para no caer como una mosca en la tela
juega tu vida en las corrientes
y al margen, con rabia y dolor, con toda el alma,
con hambre y miedo y paz
siempre puedes gritar, y decir:
Soy alguien,
y no espero mi nombre en las encuestas.
Camino hasta las primeras luces,
enciendo alguna lámpara porque soy cualquiera
y a todos nos importa,
el halo del rocío en las flores abiertas.
Murmuren y barajen esas cartas marcadas
los que nunca dieron su mano.
De tanto no ser nadie y no cambiar un rostro
que irremediablemente arde,
tenemos en la mirada el tiempo:
una estrella que abrasa para siempre
a los murmuradores.
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