Misiva de eurídice - Poemas de DELIA QUIÑÓNEZ
Misiva de eurídice
Poema publicado el 14 de Febrero de 2003
No llores, Orfeo,
la perdida fragancia de mi cuerpo
ni el lecho doblegado de deseos
donde el tiempo fue vid y espiga presurosa.
No llores ni lamentes
la ausente humedad
donde solías recrear tu estrella viril
y abrigarla entre rumores de hierba.
No llores,
sino húndete en la herida
que sólo estuvo esperando por tu daga.
No me busques en las tinieblas
porque sólo en la luz me acerco
al motivo de tu canto
y sólo en ella soy música,
rocío tempestuoso,
fuego que busca tu calor,
la sed de tu agua,
la miel de tu panal.
No me llores, Orfeo:
devuélveme a la luz
antes que otra serpiente
devore la curva de mis senos
y se ahogue en el centro
donde ahora florece el hechizo de tu canto.
Poema publicado el 14 de Febrero de 2003
No llores, Orfeo,
la perdida fragancia de mi cuerpo
ni el lecho doblegado de deseos
donde el tiempo fue vid y espiga presurosa.
No llores ni lamentes
la ausente humedad
donde solías recrear tu estrella viril
y abrigarla entre rumores de hierba.
No llores,
sino húndete en la herida
que sólo estuvo esperando por tu daga.
No me busques en las tinieblas
porque sólo en la luz me acerco
al motivo de tu canto
y sólo en ella soy música,
rocío tempestuoso,
fuego que busca tu calor,
la sed de tu agua,
la miel de tu panal.
No me llores, Orfeo:
devuélveme a la luz
antes que otra serpiente
devore la curva de mis senos
y se ahogue en el centro
donde ahora florece el hechizo de tu canto.
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