A mi dolor y tu ausencia - Poemas de Dante Franco Córdova Martínez
 |
|
|
|
|
 | ||||
A mi dolor y tu ausencia
Poema publicado el 01 de Septiembre de 2008
Con el pecho sombrío por dolores y penas,
te recuerdo con ansias de tenerte de nuevo,
el invierno tan frío de la vida en cadenas,
añorando fragancias que callado las llevo,
me lastiman la vida con profundas tristezas,
marchitando las rosas de jardines floridos,
cual la dicha perdida que buscando tibiezas,
en exóticas cosas, desfallece en olvido.
Han pasado las horas, las semanas, los meses,
y al querer olvidarte, más extraño tus besos,
sí presiento que lloras y tal vez te estremeces,
pues mi forma de amarte te prodiga embelesos,
a través del silencio que nos da la distancia,
a través del suspiro melancólico y ciego,
del incrédulo espacio que despide elegancia,
del más bello zafiro que nos brinda sosiego;
porque sabe que vivo, que vivimos soñando,
otra vez encontrarnos y adorarnos sin treguas,
con amor infinito, por el mundo lanzando
nuestra forma de amarnos, en ignóticas lenguas.
Ya lo dije, es un sueño, y jamás se realice.
¡¡Te perdí para siempre!!, mujer dueña de mi alma;
hoy me siento pequeño sin saber lo que hice,
devorado en la sierpe del olvido sin calma.
Poema publicado el 01 de Septiembre de 2008
Con el pecho sombrío por dolores y penas,
te recuerdo con ansias de tenerte de nuevo,
el invierno tan frío de la vida en cadenas,
añorando fragancias que callado las llevo,
me lastiman la vida con profundas tristezas,
marchitando las rosas de jardines floridos,
cual la dicha perdida que buscando tibiezas,
en exóticas cosas, desfallece en olvido.
Han pasado las horas, las semanas, los meses,
y al querer olvidarte, más extraño tus besos,
sí presiento que lloras y tal vez te estremeces,
pues mi forma de amarte te prodiga embelesos,
a través del silencio que nos da la distancia,
a través del suspiro melancólico y ciego,
del incrédulo espacio que despide elegancia,
del más bello zafiro que nos brinda sosiego;
porque sabe que vivo, que vivimos soñando,
otra vez encontrarnos y adorarnos sin treguas,
con amor infinito, por el mundo lanzando
nuestra forma de amarnos, en ignóticas lenguas.
Ya lo dije, es un sueño, y jamás se realice.
¡¡Te perdí para siempre!!, mujer dueña de mi alma;
hoy me siento pequeño sin saber lo que hice,
devorado en la sierpe del olvido sin calma.
¿Te gusta este poema? Compártelo:
«« más poemas de Dante Franco Córdova Martínez