Cantar a la medida de la muerte,
como en una boca negra y sin dientes,
cantar sobre los techos mugrientos del mundo.
Cantar,
estirar la lengua en medio del pueblo,
como una madeja ovillada en otro tiempo.
Cantar,
como si pudiera, como un niño angosto,
como un feto.
Cantar como vomitando por los campos
y las casas, como un durazno limpio,
como un estómago vacío.
Cantar,
cantar como la sarna canta en la carne
de las articulaciones,
como el musgo asomando en la lengua cantar.
Cantar los colores deformes,
los sonidos olorosos,
los sabores de las letras,
la temperatura de la memoria.
Cantar,
yo que siempre he encontrado mi dolor
en otro cuerpo, arrojado a este otro cuerpo
como un demonio desnudo.
Cantar como si pudiera,
los dolores del mundo
en los contornos del infierno.
De: La lengua de las mareas
Selección: Guido Ferrer
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