Salutacion a don carlos quintero arce, arzobispo de hermosillo en sus 50 años de sacerdocio - Poemas de Antonio R Munguia
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Salutacion a don carlos quintero arce, arzobispo de hermosillo en sus 50 años de sacerdocio
Poema publicado el 19 de Diciembre de 2010
Llegaste, Carlos, cuando la tarde
envuelta en sus bostezos
despedía al Pastor cansado y viejo.
El báculo de Juan fue luego tuyo
para iniciar el viaje al nuevo dìa;
y ha sido compañero inseparable
para evangelizar en el desierto,
igual que en la montaña y en el llano,
la playa y la campiña revestida
del verde fértil del Sonora nuestro…
Tu voz entre el rebaño es como un eco
que vibra con el timbre del amigo,
no cual candente ruido de cencerro,
en émulo piadoso del Bautista
que amante nos recuerda:
“¡Enderezad la senda!”
Sabio consejo de un hermano bueno
y orden divina del Pastor Eterno.
El tiempo igual que a Juan
se ha intercalado
en tu archivo longevo
que completa
cincuenta ciclos de dorada estela
como siervo de Dios.
El pueblo goza al celebrar tus bodas
y te abraza efusivo y jubiloso;
siente que has sido bendición del cielo
en medio de su humana penitencia,
guía seguro en nuestras horas negras
y un símbolo de paz en nuestra histeria.
Recoge el fruto de la siembra santa
que madurò en la tierra sonorense.
El pueblo de Agua Prieta te saluda
orando a Dios con gratitud eterna…
Salutaciòn a don Carlos Quintero Arce
en sus 50 años de sacerdocio católico
Poema publicado el 19 de Diciembre de 2010
Llegaste, Carlos, cuando la tarde
envuelta en sus bostezos
despedía al Pastor cansado y viejo.
El báculo de Juan fue luego tuyo
para iniciar el viaje al nuevo dìa;
y ha sido compañero inseparable
para evangelizar en el desierto,
igual que en la montaña y en el llano,
la playa y la campiña revestida
del verde fértil del Sonora nuestro…
Tu voz entre el rebaño es como un eco
que vibra con el timbre del amigo,
no cual candente ruido de cencerro,
en émulo piadoso del Bautista
que amante nos recuerda:
“¡Enderezad la senda!”
Sabio consejo de un hermano bueno
y orden divina del Pastor Eterno.
El tiempo igual que a Juan
se ha intercalado
en tu archivo longevo
que completa
cincuenta ciclos de dorada estela
como siervo de Dios.
El pueblo goza al celebrar tus bodas
y te abraza efusivo y jubiloso;
siente que has sido bendición del cielo
en medio de su humana penitencia,
guía seguro en nuestras horas negras
y un símbolo de paz en nuestra histeria.
Recoge el fruto de la siembra santa
que madurò en la tierra sonorense.
El pueblo de Agua Prieta te saluda
orando a Dios con gratitud eterna…
Salutaciòn a don Carlos Quintero Arce
en sus 50 años de sacerdocio católico
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