Mi vejez lll - Poemas de Antonio R Munguia
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Mi vejez lll
Poema publicado el 22 de Noviembre de 2011
Muy pronto vendrá el final;
la maravilla que he andado
fue con paso descuidado
sin brújula ni manual.
Por mi bien o por mi mal
todo ha quedado grabado
y no puede ser borrado
del gran Libro celestial.
Lo que sigue es previsible
como el fruto a su semilla.
El vivir es reversible:
Mi tronco etéreo una astilla
pondrá en un cuerpo tangible
que andará otra maravilla.
MI VEJEZ ll
Del trance que he digerido
en diez años que han pasado,
un agridulce ha dejado
mi paladar escindido.
Fue cruel calvario el vivido
en mi hogar que vi truncado;
tres décadas de casado
vieron destrozado el nido.
Pero vinieron los años
con ilusión reciclada
que repararon los daños;
y a una vida renovada
ascendí por sus peldaños
de la mano con mi amada…
Mi vejez l
Cerros y mezquites viejos
que escoltan mi caminar,
quién los pudiere integrar
a mi ser para ir muy lejos,
de modo que al ir parejos
y de la mano al andar,
yo me pudiere mirar
en ustedes como espejos;
pues su vida reverdece,
sorbe el agua y brota nueva,
en tanto mi vejez mece
la cuna que no renueva
mi juventud que perece
y de nostalgias abreva.
Poema publicado el 22 de Noviembre de 2011
Muy pronto vendrá el final;
la maravilla que he andado
fue con paso descuidado
sin brújula ni manual.
Por mi bien o por mi mal
todo ha quedado grabado
y no puede ser borrado
del gran Libro celestial.
Lo que sigue es previsible
como el fruto a su semilla.
El vivir es reversible:
Mi tronco etéreo una astilla
pondrá en un cuerpo tangible
que andará otra maravilla.
MI VEJEZ ll
Del trance que he digerido
en diez años que han pasado,
un agridulce ha dejado
mi paladar escindido.
Fue cruel calvario el vivido
en mi hogar que vi truncado;
tres décadas de casado
vieron destrozado el nido.
Pero vinieron los años
con ilusión reciclada
que repararon los daños;
y a una vida renovada
ascendí por sus peldaños
de la mano con mi amada…
Mi vejez l
Cerros y mezquites viejos
que escoltan mi caminar,
quién los pudiere integrar
a mi ser para ir muy lejos,
de modo que al ir parejos
y de la mano al andar,
yo me pudiere mirar
en ustedes como espejos;
pues su vida reverdece,
sorbe el agua y brota nueva,
en tanto mi vejez mece
la cuna que no renueva
mi juventud que perece
y de nostalgias abreva.
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