Cuando se muere - Poemas de Abdón Parra Pesántez
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Cuando se muere
Poema publicado el 03 de Septiembre de 2021
CUANDO SE MUERE
Ni llantos, ni amarguras deben darse
en el deceso de alguien que dejó encendidas
antorchas de luz en su camino;
que abunden más bien risas y abrazos
y la vida se sienta con más fuerza.
El anuncio de una muerte
debe aceptarse sin sobresaltos,
salmodias o repetidos rezos
que son simples quimeras;
valen más los sentimientos puros
que expresen la amistad del que se fue,
la generosa alegría de sus actos,
la sincera bondad de su sonrisa.
Si algún cirio agonizara ese momento,
dejemos que se apague por sí mismo,
quizá sea el suspiro que aún quedaba
para alguien que adoró en silencio;
que haya profusión de flores rojas y no blancas,
pues el rojo es señal de fuego intenso
y el blanco, señal de ausencia.
En el aniversario de una muerte,
vayamos a la tumba a recordar
si las huellas que dejó en su vida
fueron trazadas sin rastros de sangre o de dolor.
Si fue bueno, sentirán que nace
una chispa de luz dentro del alma;
si no es así, nunca regresen:
es mejor la eternidad del olvido
que el recuerdo rutinario y obligado.
Asistan en su nombre a compartir:
boleros que enamoraron en su vida,
valsecitos de pasiones encendidas,
sanjuanitos de gozo y de parranda,
y algún apasionado pasodoble.
Si en la remembranza se hace un brindis,
eviten decir títulos, cargos o preseas
que el ausente consiguió en la vida,
pues ya fueron valorados a su tiempo;
háganlo, más bien, por lo oportuno del instante
para disfrutar una copa y encontrar motivos
de reforzar amistades verdaderas
o por la ocasión de encontrarse unidos
y evocar circunstancias de alegría.
La inesperada muerte es más deseada,
evita los encargos del que viaja
y las promesas que jamás se cumplen;
vale más dejar un lecho tibio,
que una sábana con sudor y frío.
La ausencia final tiene algo de luz y de tinieblas,
por los rasgos de amor del que partió
o la oscura losa del que nunca supo
entregar sonrisas para alegrar el alma.
Olvidar a una persona, mientras ella viva,
es también otra forma de matarla.
Abdón Daniel Parra Pesántez
Poema publicado el 03 de Septiembre de 2021
CUANDO SE MUERE
Ni llantos, ni amarguras deben darse
en el deceso de alguien que dejó encendidas
antorchas de luz en su camino;
que abunden más bien risas y abrazos
y la vida se sienta con más fuerza.
El anuncio de una muerte
debe aceptarse sin sobresaltos,
salmodias o repetidos rezos
que son simples quimeras;
valen más los sentimientos puros
que expresen la amistad del que se fue,
la generosa alegría de sus actos,
la sincera bondad de su sonrisa.
Si algún cirio agonizara ese momento,
dejemos que se apague por sí mismo,
quizá sea el suspiro que aún quedaba
para alguien que adoró en silencio;
que haya profusión de flores rojas y no blancas,
pues el rojo es señal de fuego intenso
y el blanco, señal de ausencia.
En el aniversario de una muerte,
vayamos a la tumba a recordar
si las huellas que dejó en su vida
fueron trazadas sin rastros de sangre o de dolor.
Si fue bueno, sentirán que nace
una chispa de luz dentro del alma;
si no es así, nunca regresen:
es mejor la eternidad del olvido
que el recuerdo rutinario y obligado.
Asistan en su nombre a compartir:
boleros que enamoraron en su vida,
valsecitos de pasiones encendidas,
sanjuanitos de gozo y de parranda,
y algún apasionado pasodoble.
Si en la remembranza se hace un brindis,
eviten decir títulos, cargos o preseas
que el ausente consiguió en la vida,
pues ya fueron valorados a su tiempo;
háganlo, más bien, por lo oportuno del instante
para disfrutar una copa y encontrar motivos
de reforzar amistades verdaderas
o por la ocasión de encontrarse unidos
y evocar circunstancias de alegría.
La inesperada muerte es más deseada,
evita los encargos del que viaja
y las promesas que jamás se cumplen;
vale más dejar un lecho tibio,
que una sábana con sudor y frío.
La ausencia final tiene algo de luz y de tinieblas,
por los rasgos de amor del que partió
o la oscura losa del que nunca supo
entregar sonrisas para alegrar el alma.
Olvidar a una persona, mientras ella viva,
es también otra forma de matarla.
Abdón Daniel Parra Pesántez
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